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Confianza en Anquela

El Oviedo tiene una pinta muy distinta al de la pasada temporada

Confianza en Anquela

Hoy el Oviedo juega contra el Reus. Conviene recordarlo porque parece que es un partido fantasma y que lo importante es lo que viene dentro de una semana, contra el Sporting. Que también lo es, pero pasito a pasito que esto es muy largo y todos los puntos son necesarios. Y cuidado que los catalanes ya la liaron en el Tartiere el año pasado. Con nocturnidad, marcaron en el minuto 93, y con alevosía, en uno de aquellos partidos indolentes que solía plantear Hierro.

Pero, o lo de Almería fue un espejismo (que también puede ser) o este Oviedo tiene una pinta muy distinta a la del año pasado. El de Anquela es ahora un conjunto mucho más competitivo y con más calidad y que, a priori, parece que ya no va a ser el hazmerreír que fue la pasada campaña cada vez que jugaba lejos del Carlos Tartiere. Es aún pronto, pero se apuntan maneras. Eso sí, los carbayones aún tienen puntos débiles y alguna que otra costura por coser. Se está a tiempo para poner el remiendo, si es que se da con el problema.

Porque por mucha mejoría que exhiba el equipo y por mucho que se hable de la enorme intensidad que ha traído consigo la batuta del entrenador jienense, los resultados, de momento, no acompañan. El Oviedo juega mejor, presiona más y más arriba, ataca más por las bandas, busca combinar por el centro, ya no se echa para atrás cuando se pone por delante en el marcador, pero no gana. Y sin victorias no se es nadie. Urge que el balón entre ya.

Lo que sí que parece claro es que el centro del campo ha cambiado como de la noche al día de un año para otro. Ramón Folch, así de primeras, parece uno de los grandes aciertos de la dirección deportiva de este año. Quizás fuera un fichaje que llegó a Oviedo sin demasiado relumbrón, pero su trabajo oscuro ordenando líneas, recuperando balones y dando pases con criterio era algo de lo que adolecía el equipo desde hace bastantes temporadas. El complemento lo ha encontrado en Hidi. Hacía años que el Tartiere no veía unos pases de larga distancia tan precisos. Ahora solo falta que alguien más que Saúl Berjón sepa aprovecharlos, y por supuesto que el húngaro no tuerza la mirilla.

Antes de viajar a Gijón (y con la absurda polémica sobre las camisetas al margen), queda enfrentarse al Reus y unas últimas horas de mercado de fichajes que prometen ser bastante movidas e ilusionantes. Precisamente, el penúltimo en llegar, el defensa Juan Forlín, viene a cubrir uno de los descosidos que han aflorado ya durante estas dos primeras jornadas. Hacía falta alguien con veteranía en el centro de la defensa, con experiencia y que supiera mandar y colocar a sus compañeros. ¿Cumplirá el argentino con ese perfil? Ver veremos en el prao.

Ahora queda que, no como ocurrió en campañas anteriores, el gol comience a democratizarse un poco. Que no caiga siempre sobre las botas de Toché, y que los mediocentros tengan también una aportación decisiva. Pero antes el Reus, que son tres puntos. Muy importantes. Paso a paso. En Aquela confiamos.

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