Pensar hace cinco años en un futuro sin deudas era para el oviedismo una quimera, una ilusión inalcanzable. Peleaba por entonces el club azul por la supervivencia. Simplemente se trataba de llegar a fin de mes, Cada ingreso extra en aquellos años (inicio de la campaña de socios, los partidos de Copa, cualquier generosa entrada?) era empleada en cubrir gastos atrasados. Cinco años más tarde, el Oviedo está cerca de poner el contador de la deuda a cero. Arturo Elías anunció el lunes la llegada de dos accionistas de peso (el mexicano con ascendencia astur Antonio Cosío y un grupo empresarial de Estados Unidos de primer nivel) que darán el empujón definitivo y se liquidará la deuda. Para lograr el hito en tan solo cinco años ha sido precisa la suma de dinero invertido, una correcta gestión y los contactos adecuados.

El grupo Carso, propiedad de Carlos Slim, se sitúa como epicentro de la operación. Los mexicanos invierten en el Oviedo en 2012, en una campaña que siempre será recordada, pero esos 2 millones parecen no tener continuidad. En un principio es una simple inversión: la gestión sigue en manos de la directiva encabezada por Fidalgo. Por entonces, el club sale adelante pero su carga de cursos anteriores es de 15,4 millones de euros.

Todo cambia con el paso al frente de Carso. Menéndez Vallina asume la presidencia y Joaquín del Olmo aterriza en Oviedo en enero de 2014. En enero de 2015, el club llega a un acuerdo con Hacienda para renegociar los términos del nuevo convenio. La entidad abona 3,3 millones de euros para lograr el entendimiento. En septiembre de ese año, la cantidad adeudada se ha reducido un 38%: aún quedan 9,6 millones por abonar.

Las inversiones desde México permiten al club subsistir y hacer equipos competitivos. Con el equipo ya en Segunda, asciende en mayo de 2015, el panorama se aclara. Las ampliaciones de capital buscan entonces dos objetivos: meter más recortes a la deuda y lograr que le tope salarial impuesto por la Liga tenga más margen. En octubre de 2016 ya se ha amortizado el 60% de la deuda: quedan 6,3 millones.

El ritmo es impensable en lo económico gracias principalmente a las aportaciones de Carso, pero también a una gestión eficiente. El club no hace locuras. En ningún ámbito, incluido el deportivo: no se pagan grandes cantidades por fichajes ni en los sueldos. La última intervención de Arturo Elías refuerza la idea del buen funcionamiento de las cosas. Revela que la deuda es de 3,5 millones de euros; el 23% de la cantidad inicial.

El último mordisco a la deuda llegará con ayuda extra. Aquí es donde Carso hace gala de otro de sus fuertes: sus contactos. Las inversiones de Cosío y el grupo americano servirán para finiquitar los 3,5 millones que quedan por abonar. El futuro económico para el Oviedo no puede ser más favorable.