El influjo del Tartiere, ese aliento cuando fallan las fuerzas, el empujón anímico que siempre necesita el equipo, supone una fuente fundamental en el poderío del Oviedo en los últimos tiempos. Pero alejarse del hogar fulmina esa magia. Aunque los azules se han acostumbrado a jugar apoyados por los suyos en cualquier rincón de la geografía española, los resultados no han acompañado. El flojo rendimiento del Oviedo fuera de casa ha lastrado en las dos últimas campañas las opciones de entrar en play-off de ascenso a Primera. Los 19 y 17 puntos sumados a domicilio en los cursos 2015/16 y 2016/17 son el pobre precedente y la intención de Anquela y los suyos esta campaña es la de lograr que la imagen del Tartiere tenga su continuidad en cualquier otro escenario, por ejemplo el domingo en Albacete.

Analizadas con perspectiva las cifras de las dos últimas temporadas queda claro que la falta de resultados de los azules fuera de casa fueron los que lastraron sus opciones de play-off. Los equipos clasificados entre los seis primeros suelen sumar cerca del 40% de sus puntos en los partidos a domicilio. La estadística no engaña.

La experiencia de la temporada pasada es un buen ejemplo. El equipo dirigido por Hierro vivió una campaña de altibajos que le mantuvo en todo momento con opciones de meterse en la pelea final por el ascenso. Los azules pagaron su pésimo final de campaña y acabaron en el octavo puesto, con 61 puntos. Pero en la trayectoria no solo pesó el desenlace; el rendimiento a domicilio también había tenido efectos nocivos para las aspiraciones carbayonas al ascenso.

Los de Hierro lograron solo 17 puntos lejos del Tartiere, lo que supone un 27,9% del total de puntos sumados. La cifra está lejos de los 30 sumados por el Levante (el 35,7% del total sumado), de los 28 del Girona (40%), de los 27 del Tenerife (40,9%), de los 26 del Cádiz (40,6%) y de los 25 del Huesca de Anquela (27,9%). Solo se acerca a los registros azules el tercer clasificado entonces, el Getafe, con 22 puntos fuera de casa, el 32,3% del total.

El año anterior tiene una explicación similar. Aunque en aquella ocasión los seis primeros sumaron más fuera de casa: todos ellos sacaron más del 40% de sus puntos fuera. El Oviedo, dirigido por Egea primero y Generelo después, acabó noveno con 59 puntos. De ellos, solo 19 (un pobre 32,2%) se logró lejos de tierras asturianas. Más lejos estuvo el rendimiento de Alavés (45,3% de sus puntos lejos de Mendizorroza), Leganés (41,9%), Nástic (42,2%), Girona (46,9%), Córdoba (49,2%) y Osasuna (43,7%). En los dos años analizados, la media de puntos fuera de los seis primeros ha sido del 41,5% sobre el total.

Este año, la sensación generalizada es que el Oviedo de Anquela es capaz de dar la cara a domicilio. Así se ha plasmado esa teoría en los dos choques disputados a domicilio hasta ahora: 1-1 en Almería y Gijón, dos empates con sabor dulce. Ahora toca afrontar la visita al Albacete, último clasificado. Todo lo que sea sumar será visto con buenos ojos pero para dar un salto más en la clasificación, los azules necesitan los tres puntos.