El partido no dio pie a muchas lecturas y la reflexión desde el vestuario ha ido en la misma dirección: lo de Albacete fue una oportunidad de oro desperdiciada. En un puñado de minutos se definieron las cosas. Con 1-1, Berjón ganó la línea de fondo y puso un centro milimétrico al corazón del área. Linares se hizo su espacio y remató, pies en el suelo, buscando el ángulo. Pero el larguero evitó la celebración. Fue el punto de inflexión, aún más marcado cuando casi en la acción siguiente Araujo sí acertó desde la frontal. "Nos adelantamos, que parecía lo más difícil, pero con dos golazos ellos le dan la vuelta al partido. Tuvimos mala suerte en mi jugada, creo que con 1-2 hubiera cambiado el partido", explica Linares con sencillez.

La sucesión de esas jugadas sirvió para definir un partido que, sin embargo, no mostró la mejor imagen del Oviedo. En los minutos anteriores al desenlace, los de Anquela tampoco habían lucido un juego especialmente fluido. Sólidos en defensa, el juego de ataque estuvo muy atascado. "El entrenador conoce la categoría, sabe lo que hace, y en la segunda parte vio que necesitábamos un paso adelante y logramos hacer lo más difícil, marcar. Ellos no habían tenido ocasiones y nos adelantamos", describe Linares el guión del encuentro. A pesar del resultado, la plantilla opta por la contención. "Ni antes estábamos eufóricos ni ahora hay que tener una gran tristeza. Hay que ser regulares, autocríticos y tener capacidad de mejora", indica Christian Fernández.

A Linares le queda el sabor amargo de la ocasión fallada. Ese cabezazo que besó el larguero le hubiera convertido en protagonista. No está siendo un inicio fácil para el aragonés, que aún no ha estrenado su cuenta anotadora esta temporada, ni en Liga ni en Copa. "He rematado 4 veces en esta temporada y llevo dos disparos al larguero. Los delanteros vamos por rachas y hay que seguir trabajando. Estoy tranquilo porque los goles llegarán", asume el ariete.

La derrota deja al equipo en mitad de la tabla ante una semana más larga de lo habitual. Con partido ante el Zaragoza el próximo lunes, el análisis más incisivo se pospone hasta la tarde de mañana, cuando los azules regresen a los entrenamientos en El Requexón (18.00 horas). La idea es sencilla: regresar a la senda de la victoria ante los maños. "Nosotros siempre trabajamos para que nuestra afición esté orgullosa de nosotros. Vamos a reaccionar y ante el Zaragoza volveremos a darlo todo", proclama Linares. "De ganar en Albacete nos hubiéramos aupado a la zona de ascenso. Ahora toca trabajar y preparar un partido vital, ante un rival llamado a estar arriba", le secunda Christian Fernández.