El Tartiere experimentó por primera vez en los últimos años lo que significa jugar un lunes. La gente accedió al estadio a última hora y se echó en falta más público joven en las gradas. la jornada de colegio al día siguiente pesó. También el hecho de que el partido se ofreciera en abierto por Gol. La de ayer fue la segunda entrada más floja de la temporada en la Liga, con 11.279 espectadores. Solo hubo menos ante el Reus (10.312 seguidores), mientras que superaron el aforo de ayer los encuentros ante Rayo (12.330) y Cádiz (15.141).

A pesar de que el horario no acompañó, la grada apoyó a los suyos en todo momento. El punto crítico se vio con Juan Carlos, al que un sector de la afición pitó tras el segundo gol maño. Camino del vestuario, al descanso, volvieron los silbidos, callados por una mayoría de aplausos cuando el meta entraba en el túnel. El reconocimiento regresó desde el fondo de Symmachiarii al regreso del vestuario.

Desde el mismo fondo de animación se vio al inicio de la segunda parte una imagen que resume la noche de ayer. Los seguidores desplegaron una pancarta que decía "No al fútbol los lunes", mientras sonó el cántico dirigido al presidente de La Liga, el ya clásico "¡Tebas, vete ya!".

Otro momento especial se vivió a los 65 minutos, cuando muchos aficionados mostraron sus móviles con la luz encendida en un acto improvisado. A pesar de que el equipo flaqueó en la segunda mitad, en la que el Zaragoza pudo llevarse el triunfo, el apoyo no decayó. La sensación, sin embargo, fue amarga por la oportunidad perdida.