Dentro del innegociable espíritu del "partido a partido", el "cholismo" al que se agarra el vestuario azul, la semana pasada hubo un paréntesis. Anquela se saltó por unos segundos su credo para lanzar una reflexión que en realidad estaba en la mente e cualquier oviedista. "Es una semana importante para nosotros", indicó el pasado viernes el entrenador en la sala de prensa de El Requexón. Nadie duda que los próximos partidos de los azules tienen una importancia especial. Con tres partidos en seis días, prueba de fuego a la condición física de una plantilla mermada por las bajas, los azules se toman los enfrentamientos como una cuestión personal, como la oportunidad de confirmar su candidatura. El elemento matemático, los puntos, no tiene mucho peso a estas alturas de temporada. Pero los partidos de esta semana sí pueden pesar en lo emocional. Tras el empate en Barcelona con dos imágenes muy diferentes en cada parte, el equipo afronta ahora dos atractivos choques ante dos de los favoritos a lograr el ascenso a final de temporada.

Mañana llega el Tenerife al Carlos Tartiere con la sensación de que los de Martí quieren dar continuidad esta campaña a las grandes sensaciones dejadas el pasado curso. Los chicharreros son quintos en la tabla en un inicio de competición que está dejando claro qué se puede esperar de su trayectoria: diez de doce puntos posibles en el Rodríguez López y tres derrotas en cuatro partidos fuera. Su rendimiento lejos de la isla vuelve a ser su asignatura pendiente. El Tartiere es señalado desde Canarias como el objetivo para que cambie la tendencia.

Analizar al Tenerife lleva a subrayar su capacidad ofensiva. Para el duelo de mañana tendrá la importante ausencia de Longo, lesionado, pero el buen momento de Malbasic, acumula cuatro goles y llega tras un doblete al Nástic, es su mejor aval.

Filip Malbasic, 24 años, llegó este verano a la isla procedente de la Vojvodina serbia previo pago de medio millón de euros. Le avalaban los 16 goles de la pasada campaña. Llegó para reforzar el frente de ataque, la línea que más sobresale en los canarios. A Longo y Malbasic se les suman Víctor Casadesús, titular ante el Nàstic, y Juan Villar, ya recuperado de su lesión.

Tras afrontar el duelo ante el Tenerife, el Oviedo deberá regresar de inmediato al trabajo para otro choque con cartel, el que le lleva a visitar Los Cármenes, hogar del Granada. Los de Oltra parecen despejar las dudas del inicio de campeonato a base de victorias, tres consecutivas, que les han dejado en el sexto puesto, ya en posiciones de play-off, el mínimo exigido a una plantilla como la nazarí. El Granada tiene un límite salarial de 17,9 millones de euros, el más alto de Segunda sin contar al Barça B, que depende económicamente del primer equipo. Ese techo es más del doble de los 7,9 millones de los que el Oviedo ha dispuesto, y que no ha gastado en su totalidad, para formar su plantilla.

Los andaluces se han reforzado con la firme intención de recuperar su sitio en la élite cuanto antes y han llevado a cabo una remodelación total de su plantilla. El engranaje parece ir engrasándose pero sigue habiendo algunas piezas que chirrían. Su goleador, Joselu, aún busca explotar en Los Cármenes. Llegó este verano procedente del Lugo avalado por su fantástica campaña anterior. Con 23 goles se convirtió en el máximo anotador de Segunda División y logró el pase al equipo con más aspiraciones de Segunda.

Joselu solo suma 2 goles hasta ahora después de intentar 13 disparos en los 629 minutos que ha disputado.