Cuando se analiza un equipo aspirante en la competitiva Segunda División, hay algunas materias que se consideran indispensables. Fortalezas sobre las que cualquier conjunto fuerte debe construir su identidad. En una categoría tan igualada, el balón parado es un pilar. Anquela, consciente de ello, le da una importancia especial a la pizarra. Sus equipos siempre han sido dominantes en las dos áreas cuando se habla de este tipo de acciones. La marcha errática de los azules en la clasificación, a tan solo dos puntos de los puestos de descenso a Segunda B, puede encontrar una razón en las jugadas de estrategia: de momento, el saldo es negativo. El Oviedo de Anquela ha recibido cinco goles desde la pizarra y ha anotado cuatro en jugadas de esta naturaleza.

El tempranero tanto recibido en Los Cármenes el pasado sábado se une a la lista de fallos azules en lo que va de competición. El tanto dolió especialmente al entrenador, ya que el Granada había empleado esa misma jugada ya este año con idéntico resultado: gol ante el Tenerife. Los andaluces solo necesitaron de un balón blando al corazón del área y un bloqueo. Entre Christian Fernández y Baena introdujeron el balón en la red.

Pero los problemas a balón parado habían empezado mucho antes. El primer tanto de la temporada sirvió para descubrir algunas carencias. El Rayo igualó en la primera jornada el gol de Berjón con una falta lateral. Amaya tocó en el área pequeña a la red.

Contra el Sporting se vio una jugada similar, aunque con matices. En aquella ocasión el tanto llegó tras el rechace de una falta. Carmona, que había ensayado el disparo, fue el que remato de cabeza a la red aprovechando el desajuste defensivo.

La jornada más oscura en este apartado se vio ante el Zaragoza. El Oviedo había encarrilado el partido con un convincente 2-0 pero los maños respondieron con balón parado. Mikel González marcó a la salida de un córner y Zapater igualó con una falta directa.

Los cinco goles recibidos desde la pizarra se contrarrestran con los cuatro logrados por los azules con las mismas armas. Los de Anquela han logrado marcar en dos faltas directas: Rocha, ante el Reus, y Ñíguez, frente al Tenerife. Christian Fernández acertó en un rechace a una falta lateral en el choque de Albacete y Carlos Hernández fue el último en acertar, en el Mini Estadi ante el filial del Barça.