"En estos momentos de recorrido mediático para promocionar este libro hay una pregunta recurrente: ¿por qué este libro? Porque supone un reto para un historiador, porque éste es un libro de historia". Álvaro Ruiz de la Peña sintetiza su labor en el libro "Calvario y resurrección" como un desafío, con un enfoque que recuerda a las hazañas deportivas. Escribir la obra encuentra aquí su paralelismo con el elemento futbolístico. Pero esa aproximación al fútbol no es tan clara en el libro. Porque "Calvario y resurrección" parte del deporte rey para describir una etapa trascendente en la historia del Oviedo y para ahondar en temas cercanos a la sociología.

"Calvario y resurrección" repasa todo lo sucedido en la temporada 2012/13 en el Real Oviedo. Cómo un club cerca de la desaparición se embarcó en una ampliación de capital decisiva para su futuro que salvó al club y desembocó en la llegada del Grupo Carso. El libro fue presentado ayer en el hotel de La Reconquista con diferentes sectores del oviedismo presentes, entre ellos muchos exjugadores como Vicente González Villamil, García-Barrero o Candela, además del expresidente Toni Fidalgo.

El acto fue presentado por el periodista Carlos Rodríguez y al autor le acompañaron en el estrado Melchor Fernández Díaz, exdirector de LA NUEVA ESPAÑA, y Francisco García, escritor, catedrático y articulista de LA NUEVA ESPAÑA. José María García excusó su ausencia mediante un mensaje de audio.

Para Ruiz de la Peña, en la historia reciente del Oviedo hay dos momentos clave. "Uno es el de 2003, cuando unos pocos oviedistas de corazón encabezados por Manolo Lafuente salvaron al club. Y el otro es el de 2012, año en el que la ampliación de capital reunió a miles de pequeños accionistas para dar un paso adelante en la supervivencia del club". El libro narra en su mayor parte este segundo momento.

Para Melchor Fernández, que leyó el prólogo que ha firmado en el libro, el autor "no renuncia al juicio crítico sobre los personajes que han tenido protagonismo en la historia reciente del club, a quienes trata de poner en el lugar, no siempre airoso, que en su opinión merecen". El periodista resume el trabajo de Ruiz de la Peña como el de "un aficionado que habla con dolor y rabia, y también con esperanza, de un club que siente como suyo". Francisco García trufó su intervención con divertidas anécdotas de su pasado en el Tartiere, como cuando aprendió el calificativo de "manflorita" para describir a un colegiado. El escritor, que definió la obra como "magnífica", insta al lector a tomárselo como "un libro de historia, historiado y hecho por un historiador. Y como una novela policiaca: hay deslealtad, traición, sociedades casi secretas, dinero, ruina, fraude?".

Ruiz de la Peña dejó en la despedida su visión más crítica con la entidad para desear "el despegue del Oviedo y que vuelva a luchar con equipos como Valencia, Sevilla o Athletic".