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Con la pólvora entre algodones

Sobre las escasas opciones que tiene Anquela para sustituir a Toché si el murciano no puede jugar

Con la pólvora entre algodones

El Oviedo llega hoy a Alcorcón con la pólvora entre algodones. Con José Verdú Nicolás, el que se conoce como "Toché", tocado el ataque carbayón puede quedar reducido a una mera anécdota. Los azules tienen una excesiva dependencia del murciano. Tanta que si estos años no se hubiera destapado como el depredador del área que es quién sabe qué habría sido de este equipo.

Reflexiones aparte, por mucho que se viera o alertara de la dependencia ofensiva en Toché, la dirección deportiva carbayona parece haber hecho bastante poco por anticiparse al problema. En el banquillo Anquela tiene escasas opciones donde ir a buscar soluciones. Al menos, si lo que quiere es a alguien que aporte sobre el campo lo que el de Santomera le da al equipo. Es decir, entrega, sacrificio y lo que es más importante en esta constreñida división, el gol.

Linares es quizás lo más parecido. Un jugador que no escatima en esfuerzos que corre y se desmarca con sentido, pero que desde hace un tiempo no está teniendo suerte de cara a puerta. Su entrega es intachable, pero esa falta de confianza se va notando. Hace mella. Es como si tuviera la pólvora mojada. Aunque que nadie le de por muerto. Si alguien puede revivir ese es el aragonés. Y así lo ha demostrado todas las veces que ha tenido que sobreponerse a una mala racha. Ojalá la mecha vuelva a prender hoy en el sur de Madrid. Un campo, por cierto, hostil para los carbayones. Donde siempre ha costado ganar. No solo en la vuelta a Segunda División. También en el tortuoso paso por la "B" los alfareros le pintaron la cara a los carbayones.

Pero volvamos a lo de la delantera. La otra bala que tiene Anquela se supone que es Owusu, un joven alocado (por su forma de jugar, evidentemente) que parece demasiado verde para asumir ese tipo de galones. Y no será por oportunidades, que se le han dado ya unas cuantas. Por encima de las que han tenido, por ejemplo, los chavales del Vetusta que están haciendo un inicio de temporada al que no se le puede poner ninguna pega, pero que siguen viendo como les sigue siendo muy complicado tirar abajo la puerta del primer equipo, como decía Pacheta. Sin embargo el de Ghana (que por cierto, tiene ficha del filial) está aprovechando sus minutos entre muy poco y nada.

Más allá de estos jugadores parece que no hay muchas más opciones para el ataque ovetense. A no ser algún experimento raro que se le pueda ocurrir a Anquela para solucionar el problema. Pero no sería más que un parche. Otro más.

El gol tampoco se ha democratizado demasiado durante esta temporada. La mayor parte del ataque sigue dependiendo de que Toché tenga un día bueno (afortunadamente aún tiene unos cuantos). O que a Saúl Berjón se le ocurra algo para desatascar el partido o que a Aaron le salga alguna de las mil cosas que intenta sobre el terreno de juego.

Con esas va el Oviedo a Alcorcón. Pero no todo es negativo. La enfermería comienza a vaciarse, y hay jugadores que le pueden dar un nuevo aire a este equipo, que, porque no decirlo, está bastante necesitado de oxigenarse. Mariga es uno de los que puede ayudar a que los carbayones tengan un ritmo diferente. Aunque, por su historial de lesiones, crea un poco de angustia verlo en el césped. Es como contemplar a un delicado jarrón entre una manada de elefantes.

Falta aún por llegar Fabbrini y Hidi. Falta la mecha de la pólvora, en definitiva.

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