Durante los años en el barro, los del Oviedo en Segunda B, las negociaciones para la configuración de los grupos eran especialmente seguidos por la diáspora oviedista fuera de Asturias. Cuando los conjuntos asturianos eran emparejados con los madrileños, ocurrió en varias ocasiones, la celebración era redonda en la capital del país. En Madrid, el Oviedo siempre jugaba en un ambiente especial. Desde la grada le apoyaban cientos de aficionados más animados de lo habitual. Era el partido del emigrante oviedista, algo similar a lo que se pudo comprobar allí en la grada de Santo Domingo. Ayer, más de 600 seguidores azules vivieron desde la grada el partido entre los de Anquela y el Alcorcón. Una vez más, la alegría no fue redonda.

Porque las experiencias del Oviedo en territorio madrileños no suelen ser muy satisfactorias. Basta con echar un ojo a los resultados de las dos últimas temporadas. En la campaña 2015-16, la del regreso al fútbol profesional, el Oviedo jugó en Madrid ante Leganés (empate 1-1) y Alcorcón (derrota 1-0 en el estreno de Generelo como entrenador). El año pasado, la maldición en tierras madrileñas se mantuvo: derrota en Getafe (2-1), en Alcorcón (5-1) y en Vallecas (2-0). En total, en las dos últimas campañas, el Oviedo había jugado cinco veces con un empate y cuatro derrotas, con tres goles a favor y 11 en contra.

La presencia de seguidores azules en la grada estaba segura desde que el Alcorcón cedió a los azules 538 localidades para que las vendiera en Oviedo a sus seguidores. La venta estaba limitada a socios del conjunto azul y se podían adquirir al precio de 20 euros cada entrada. La mayoría de los desplazados se acercaron a las taquillas del Carlos Tartiere para comprar las entradas, pero otro grupo importante, los que residen en Madrid, se habían quedado sin hacerse con las localidades. Para ellos, para los que esperaron a última hora, el Alcorcón vendió algo más de 100 localidades en su taquilla desde hora y media antes del inicio del choque.

Los seguidores azules se ubicaron en el fondo norte y en la grada lateral alta y baja. En el palco, un espectador especial. El internacional español Saúl Ñíguez, hermano del extremo azul Aarón, aprovechaba su tarde libre en el Atlético para ver in situ a los azules. También estuvo en el estadio el exazul Koné, ahora en el Leganés.

Ninguno de los esfuerzos fue suficiente. El 2-0 con el que el Alcorcón despachó a los de Anquela aumenta la preocupación del Oviedo lejos del Tartiere y mantiene su falta de resultados positivos en Madrid. Ya son seis encuentros sin ganar seguidos en Madrid: con un empate y cinco derrotas.