Anquela mira de reojo a la enfermería, suplica por buenas noticias, tras unos meses de competición en los que las lesiones no han dado tregua a sus pupilos. La incertidumbre se centra ahora en el estado de Toché, pilar en los esquemas de Anquela. Y el jienense, como todo el oviedismo, espera que lleguen buenas noticias desde los servicios médicos. Quizás de ahí venga el gesto del técnico con el doctor.

Toché acudió ayer a El Requexón aunque no trabajó junto a sus compañeros. Fue sometido a una primera observación pero el examen definitivo tendrá lugar hoy, una vez que la inflamación haya bajado. El delantero fue sustituido a los 30 minutos de iniciarse el choque de Santo Domingo tras un mal giro. Rápidamente se llevó las manos a la rodilla derecha y, tras ser atendido en la banda, tuvo que ser cambiado.

Las malas perspectivas iniciales parecen haber remitido con el paso de las horas. La preocupación era evidente al tratarse de una zona, la rodilla, muy peligrosa para las lesiones. En todo caso, el murciano podría tener afectado el menisco, con lo que su ausencia se prolongaría durante varias semanas: podría incluso estar fuera de los terrenos de juego más de un mes.

Toché también había centrado las dudas en las horas previas a la visita a Alcorcón. El murciano se había ausentado de un par de entrenamientos y las alarmas se habían encendido. Anquela revelaría después, en la sala de prensa de Santo Domingo, que la lesión no había tenido que ver con esas molestias. Toché estaba cargado en la zona del pubis y lo de Alcorcón tenía que ver con la rodilla izquierda que se le había "bloqueado", según indicó Anquela.

Owusu fue el encargado de sustituirle a partir de los 30 minutos. Linares, la otra opción para el ataque, entró en escena en el tramo final del encuentro. Ahora, Anquela espera que las noticias sobre el estado del murciano no sean malas. La fortuna le está dando la espalda a los azules en lo que va de competición y renunciar durante un largo tiempo a la referencia en el área sería un duro castigo.