No hay encuentro fácil para el equipo de Anquela en esta temporada. Tiene tendencia a complicarse los partidos de forma inexplicable y hoy, de nuevo, se vivió una situación demasiado habitual para los azules y que a punto estuvo de costarle puntos en la clasificación.

Primera victoria a domicilio del Real Oviedo que se vio obligado a superar una serie de contratiempos (penalti desperdiciado a favor, extraño penalti en contra, expulsión,...) a pesar de los cuales fue superior al Nástic y se hizo acreedor de una victoria que puede ser fundamental desde el punto de vista anímico.

El técnico jienense volvió a optar por colocar a Forlín sobre el césped. Se esperaba que el argentino estuviera incrustado en la defensa pero otra vez jugó por delante de ella.

El partido parecía controlado pero algunos groseros errores defensivos hacían peligrar, cada cierto tiempo, el resultado. Todo parecía encarrilarse hacia la victoria mediada la primera mitad cuando Carlos Hernández caía derribado en el área por Perone.

Tomó la responsabilidad del penalti Saúl Berjón que golpeó con fuerza pero por encima del larguero.

No bajó los brazos el conjunto asturiano que volcaba su juego por la izquierda donde caía Ñíguez acompañando a Mossa y Berjón creando una superioridad muy interesante en el juego posicional aunque a costa de no utilizar la banda derecha.

El encuentro parecía encaminarse hacia el intermedio cuando, en un balón al área sin peligro, una falta de entendimiento entre Mossa y Juan Carlos permitió a Uche luchar por la pelota. Mossa intenta protegerla con el cuerpo y el nigeriano cae al suelo decretando un riguroso penalti el colegiado que transforma Barreiro sin problemas.

El paso por vestuarios sentó bien a los azules que fueron claros dominadores durante la segunda mitad.

En una primera media hora de superioridad azul, los ovetenses buscaron el empate en numerosas ocasiones. Linares con varios remates, Ñíguez, Berjón o Folch lo intentaron de todas las formas posibles pero tuvo que ser Carlos Hernández, de cabeza, a la salida de un córner el que lograra el empate.

No aflojó el Oviedo que no aprovechó una muy clara contra en superioridad pero tuvo que retrasar su posicionamiento a pocos minutos del final tras la expulsión de Carlos Hernández por doble amarilla.

Todo parecía predestinado al empate cuando, ya en el descuento, Mossa se incorporó con fuerza al ataque, se internó al área y cayó derribado por Suzuki.

En esta ocasión fue Aarón Ñíguez el que tomó la responsabilidad transformando el penalti, a pesar de un resbalón en su ejecución que a punto estuvo de permitir a Dimitrievski detener el lanzamiento.

Final y primera victoria a domicilio de un Real Oviedo que acumula dos victorias consecutivas y toma posiciones en la zona alta de la clasificación. Encuentro en el que los de Anquela fueron superiores y en el que prácticamente hicieron todo lo bueno y lo malo ocurrido sobre el césped.

Por una vez la suerte sonrió a los ovetenses que suman de esta forma tres puntos importantísimos cara a afrontar un nuevo partido a domicilio el próximo fin de semana. Será el sábado a las 18:00h en el Nuevo José Zorrilla.