La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Tenacidad

La buena lectura del Oviedo de Anquela del partido ante Osasuna

Tenacidad

Diez minutos, más o menos, de buen juego y el resto, de lucha, de porfía, de tenacidad. Así se mostró el Oviedo ayer ante Osasuna. No había otra fórmula más adecuada para sacar adelante el partido ante el estado del terreno de juego del Carlos Tartiere. Los jugadores azules aplicaron en toda su extensión ante los navarros -como no lo habían hecho hasta el momento- el método Anquela, esa doctrina que consiste en batallar y batallar, cometer los menores errores defensivos posibles (al menos de esos que conllevan gol en contra) y no desaprovechar las ocasiones de marcar que se presenten. Así de sencillo: la brillantez, sí, también, pero después, cuando el equipo funcione como eso, como un equipo, porque una cosa lleva a la otra.

Pedir brillantez en el encuentro de ayer en el Tartiere carecía de sentido. Lo que se requería era sacrificio y por supuesto una buena dosis de madurez, de veteranía, de sensatez, para saber marcar los tiempos del encuentro. Lo cierto es que el Oviedo salió al campo con una intensidad que desarboló al equipo navarro. En diez minutos tuvo ocasión de marcar Rocha de penalti (su disparo salió fuera) y sin apenas tiempo para lamentar el fallo si acertó Johannesson con la portería de Sergio Herrera en una bonito y certero cabezazo. Todo ello en una abrir y cerrar de ojos. Lo más difícil estaba hecho, ya que el conjunto de Pamplona es de los más seguros en defensa de toda la Segunda División.

Quedaba por ver si de una vez por todas la plantilla oviedista había progresado adecuadamente en la asignatura que es fundamental para su entrenador: salvaguardar con garantías su portería. Y sí, tal como había sucedido la jornada anterior ante el Lorca los asturianos lograron mantener a cero su marco. Además, tanto en uno como en otro encuentro, murcianos y navarros apenas tuvieron oportunidades claras de gol. Pero es que ayer, ante uno de los equipos con mejor plantilla de la categoría y, por lo tanto, favorito al ascenso, el cancerbero Alfonso Herrero no tuvo que intervenir ni en una sola ocasión a lo largo de los 94 minutos de partido.

Es evidente que la defensa oviedista ha mejorado desde que Forlín ha retrasado su posición: ha dado tranquilidad a sus compañeros de zaga. Pero tan importante o más que la labor del argentino es la de los dos carrileros. Johannesson y Mossa se han convertido en dos piezas fundamentales, en defensa y en ataque. El Oviedo es otro desde que ambos jugadores han cogido confianza.

Pero la mejoría del cuadro carbayón no es sólo cuestión de las individualidades. No, hay algo más. Porque ¿quién iba a decir tras la lesión de Aarón Ñíguez que su sustituto, Yeboah, se convertiría ayer en el jugador más aplaudido por la afición?, ¿o que Linares esté consiguiendo que la ausencia del goleador Toché no la esté notando el equipo?

Insiste una y otra Anquela que la división de plata del fútbol español es muy complicada y que la serenidad es fundamental para intentar llegar al final de la Liga con opciones de asenso a Primera. El Oviedo hasta ahora vio mermada su fortaleza por las lesiones. Así y todo, sigue arriba en la clasificación. Dos de esos contusionados, Hidi y Viti, tuvieron minutos ante Osasuna. Que la enfermería se fuera quedando vacía sería la mejor noticia para el entrenador azul. Siempre es bueno tener en donde elegir.

Compartir el artículo

stats