El enfermo cuando es crónico puede mejorar un poco, tener buen aspecto e incluso llevar una vida normal pero nunca se cura del todo. El césped del Carlos Tartiere había aguantado bien hasta ahora pero la abundante lluvia que cayó el domingo en Oviedo fue demasiado para una yerba que tiene problemas desde que se construyó el estadio. La intervención de los jardineros fue decisiva para que el domingo el partido entre el Oviedo y el Osasuna se pudiera celebrar. El Ayuntamiento, por su parte, descarta realizar a corto plazo una intervención extraordinaria para sustituir el drenaje, como le gustaría al club, muy molesto con el estado del césped el pasado domingo. Seguirán con el "mantenimiento normal" y en febrero se podría plantear algún otra intervención, según reconocieron fuentes municipales. Este diario intentó sin éxito recabar declaraciones de la concejala responsable del área, Ana Rivas (PSOE). El problema del césped existe desde la construcción del campo, en el año 2.000, con el PP en el gobierno. El estadio está situado en una tejera, terreno arcilloso, y en una parte del campo antes había un manantial.