La llamada de la selección sub-16 fue algo más grande de lo que pueda parecer para el cadete del Oviedo Pelayo Iglesias. Gracias a ella vivió muchas cosas que nunca antes había experimentado. "Fue la primera vez que iba en avión a algún lado", cuenta. A este joven de 15 años, que reside en Posada de Llanera, pasar por el aeropuerto de Asturias no le llamó tanto la atención -"era todo más o menos fácil", dice- como aterrizar en Barajas: "Es muy grande, me perdí un poco, no sé si tiene veinte puertas distintas para salir o algo así", explica aún un poco abrumado por esa imagen.

Le recogió en el aeropuerto un miembro de la empresa de su representante, le llevó a comer y después a conocer a sus nuevos compañeros. Una vez en la Ciudad Deportiva de Las Rozas, lo primero que vio fue a gente que parecía ser de su edad y que vestía de traje. "Ésos son los míos", se dijo. Ya de corto, Pelayo se puso a las órdenes de David Gordo, seleccionador de la sub-16, la más joven de todas las que representan a España. "Fue bastante majo con todos, pero no estaba él solo, había muchos entrenadores, estaba Celades, de la sub-21, su delegado y un montón de gente más viendo el entrenamiento", explica este joven futbolista.

Fueron tres días ejercitándose con los mejores de España de su edad. Los dos primeros acabaron con un partidillo de diez minutos y el último sí que fue ya un partido más serio, dividido en tres tiempos. "Me fue bien", resume el jugador sobre su experiencia en Madrid. En enero habrá una nueva convocatoria y reconoce que le haría una ilusión enorme poder estar de nuevo en ella: "Sería bonito volver a la selección". Y es que una vez se empieza a volar ya no quieres dejar de hacerlo.

Hasta entonces sigue centrado en el Oviedo, en su equipo de Primera Regional, donde aspira a arrebatarle el primer puesto al Sporting. Lo tenían más difícil hasta la pasada jornada en la que llegó el fallo del eterno rival. Antes, el Oviedo había perdido 1-0 en Mareo y después de eso cedieron otro empate que les colocaba a cinco puntos de los rojiblancos. Pero el Sporting también se equivoca y el otro día perdió con el Quirinal. Si no hay más errores la Liga podría decidirse en uno de los campos de las instalaciones Tensi, en Oviedo. Pelayo tiene la fecha memorizada y señalada en rojo en su calendario: "El 20 de enero". "Ahora mismo vamos segundos, a dos puntos del Sporting, si les ganamos en casa tenemos que ganar todo después para ser campeones", añade.

Está contento con el nivel que tiene su equipo cadete del Oviedo, aunque se lamenta de que andan algo justos de efectivos: "Hay mucha calidad, tenemos buen equipo, pero hemos tenido unas cuantas bajas, sobre todo en algunas posiciones. Por ejemplo, solo tenemos dos centrales, vamos algo justos", explica Pelayo. Él, por su parte, confía en Álex Díaz, al que conoció en un partido que jugó en su primer año de azul y que, tras dirigir el año pasado al infantil, se ha hecho cargo de esta generación.

Reconoce también Pelayo que ha de mejorar en una cosa: su capacidad para organizarse el tiempo y llevar estudios y fútbol para adelante. Ya está en cuarto de la ESO y no es tan fácil hacerlo. Y, además, sabe que en el Oviedo también van a pedirle las notas y a estar pendientes de que no deje de lado algo tan importante como los estudios. "Tengo que aprender a compaginar bien los entrenamientos y el instituto. Hasta que no lo consiga no me va a ir todo lo bien que debería", dice en un arranque de sinceridad. Tampoco se queja de los desplazamientos porque tiene cerca tanto su instituto, en Llanera, como los campos de entrenamiento del conjunto azul, en los campos de Tensi, en Oviedo.

Lo que sí puede que le cueste un poco más a Pelayo es dejar de pensar en todos los retos que se ha marcado para una temporada que puede ser muy especial para él y que le puede deparar grandes alegrías. Le tienen preocupadas las bajas en su equipo, el cadete A, con el que pretende superar al Sporting en Primera. También está pendiente de que le llame otra vez la selección el mes que viene. Y además de todo eso debe cumplir en el instituto y sacar las mejores notas posibles en un curso como cuarto de la ESO. Como para coger otro avión.