Cuentan desde el Madrid que cuando uno de los rivales de los canteranos blancos disponía de un penalti a favor la tensión disminuía si Alfonso Herrero estaba bajo los palos. Tal era la maestría del meta del Oviedo con las penas máximas que una campaña con el Madrid C detuvo 5 de los 10 lanzamientos a los que se enfrentó. En Sevilla volvió a mostrar su fortaleza, salvaguardando la meta y ampliando la racha del Oviedo: cuatro victorias consecutivas. Las mismas que lleva el toledano como titular. El meta se convirtió el domingo en el primero de la historia del club en completar con victoria sus cuatro primeros partidos oficiales.

Analizar a Alfonso obliga a mirar al Madrid, a Valdebebas, La Fábrica de canteranos más prolífica. Allí llegó desde Toledo en 2003 para enrolarse en el benjamín. Fue quemando etapas hasta alcanzar el Castilla, el penúltimo escalón. Roberto Vázquez, entrenador de porteros del Castilla, le entrenó desde cadetes hasta el filial. Un trayecto en el que también intervino Juan Canales, actual preparador de porteros del UCAM. José Aurelio Gay fue el mistar que le dio vuelo en el Madrid C. Los tres desglosan las cualidades de la sensación actual del Oviedo.

Agilidad. Hay una característica que todas las fuentes consultadas se encargan de subrayar: la agilidad. Alfonso es, antes que nada, un portero ágil. Alguno, como José Aurelio Gay, ve en él un portero de otra época. "Es muy muy ágil. No es el típico portero que gusta ahora, de 1,90 metros. Se parece más a los porteros que destacaban en los años 80. Alfonso es de esa escuela, con un tren inferior poderoso", explica. Vázquez ve otra similitud: "Es agilidad más potencia. Es un perfil de los que siempre se han llevado en el Oviedo. Parecido a Esteban, o incluso a Juan Carlos".

Concentración. Es una cualidad básica en cualquier guardameta. Síntoma de una mente equilibrada. Y Canales, que conoce a Alfonso desde hace años, señala esta virtud como una de las claves en su desarrollo como meta. "Trabaja mucho la concentración y la colocación. Tiene una regularidad tremenda porque está siempre muy concentrado. Comete errores, como todos los porteros, pero en el Oviedo se está mostrando muy regular", indica.

Para penaltis. Lo demostró ante el domingo: una atlética estirada y la meta a salvo. Su fama en la cantera del Madrid es merecida: los penaltis son una de sus especialidades. Para Gay, su acierto le viene de serie. "Los penaltis se le dan muy bien por su constitución. Tiene unas piernas muy potentes que le ayudan", argumenta. Canales matiza esa opinión: "Le ayuda ser ágil y esa potencia, pero antes de nada funciona la intuición. Además ve mucho fútbol, sabe quién tira los penaltis, estudia dónde los tira cada uno". Vázquez tercia: "Es fuerte en la portería y también tiene intuición".

Balones aéreos. Con los balones colgados existen dos formas de verlo. Su estatura, 1,83 metros según su ficha en la web de La Liga, no le ayuda. Pero hay más factores a la hora de salir por alto. "No tiene tanta altura como otros porteros pero lo suple de otra manera. Donde no llegan los centímetros llegan otras virtudes", asegura Vázquez. Gay le da la razón: "Evidentemente no es un portero como De Gea, que entra más a la vista por sus dimensiones, pero suele solucionar bien los problemas en los balones aéreos".

Juego de pies. Una de las marcas de la casa en la cantera del Madrid. Y otra fortaleza de Alfonso, un meta moderno en ese aspecto. "No solo en el Madrid, en cualquier equipo hoyen día es importante el juego de pies. Y Alfonso lo tiene muy bueno", proclama Gay.

Mentalidad. La cabeza debe estar en su sitio para un puesto tan exigente como el de portero. Los conocedores de Alfonso coinciden en alabar su mentalidad, otra de sus armas. "Es un chico con mucha confianza en sí mismo y competitivo. Recuerdo que no hablaba en exceso pero cuando lo hacía mostraba personalidad", dice Gay. "Siempre tuvo claro que quería llegar a nivel profesional, tiene mucha personalidad. Es un tipo fenomenal y muy trabajador", interviene Canales; "conviene subrayar lo de trabajador para cuando vengan mal dadas". Vázquez cierra: "Desde chiquitito, cuando vino de Toledo, se le veía trabajador y humilde, lo que inculcaron sus padres. Se lo ha ganado a base de trabajo".