El Oviedo puso el broche a un 2017 que acaba con ilusión. El 3-0 deja a los azules terceros, a un punto del ascenso directo. La lectura de Juan Antonio Anquela se mantiene: el técnico es optimista pero evita caer en la euforia.

La victoria

"No entiendo la palabra euforia porque es momentánea. Debemos apelar a la confianza y el trabajo. Teníamos un equipo difícil delante, hacen muchas cosas bien. Sabíamos dónde estaban las ventajas y las desventajas. Los goles han llegado en momento puntuales".

Los números

"Estamos en una buena dinámica, a ver al volver si seguimos en la misma línea. Aquí no existe la cuenta de la lechera. Llevamos casi un mes ganando y recibiendo pocos goles, y ese es el camino".

La afición

"Todavía no estamos a la altura de nuestra afición; es imposible. Cuando estuvimos mal, ellos dieron la cara".

El momento

"El futbolista es un estado de ánimo y ahora es positivo, y se demuestra en el campo. Ojalá dure mucho tiempo. Buscamos una regularidad que dará el trabajo. El equipo que se agranda, está muerto. Cuando ganamos, tengo las orejas tiesas para arriba. Ganar nuestra sangre, sudor y lágrimas".

El estilo

"El equipo es intenso, sí, pero también juega muy bien también. Llegamos por banda y hay cuatro al remate. Cuando hay problemas atrás le damos para arriba, como todos, pero jugamos bien".