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Sosiego como terapia

Sosiego como terapia

El Oviedo es en el momento actual de la temporada, a punto de finalizar la primera vuelta, un equipo con confianza, seguro de sus posibilidades, algo de lo que carecía hace no muchos partidos, cuando tanto la plantilla como la grada preocupadas comenzaban a mirar hacia la parte baja de la clasificación. Ahora no, ahora el equipo, con el sosiego como terapia, se ha asentado en los puestos de arriba, en los que ayudan a soñar con volver a hacer historia con un nuevo ascenso, y eso se nota a la hora de afrontar los encuentros. Cinco victorias consecutivas dan un plus de autoestima, algo de lo que llegó a carecer en exceso el Oviedo durante algunas semanas. Por supuesto que va haber sinsabores a no mucho tardar pero los jugadores azules ya saben de lo que son capaces y eso les deberá servir para, cuando lleguen mal dadas, recuperar la buena senda, la de las sensaciones más agradables.

Anquela, tras algunos titubeos, ha conseguido dar con la tecla precisa (ahí están los resultados para corroborarlo) y ahora sí, en estos momentos sus pupilos se han olvidado de la ansiedad, de los nervios, de las prisas que siempre aparecen cuando las cosas no salen bien y se preocupan más por hacer su juego que por obsesionarse con el del contrario. Los oviedistas pasan por un momento dulce que deben intentar alargar lo más posible, por ejemplo en Huesca, el 7 de enero, ante el líder de la categoría. Lo cierto es que a los azules los equipos con aspiraciones no se le nada mal este año, más bien todo lo contrario, es como si fuera un acicate para ellos. Así y todo cualquiera que sea el resultado en el estadio de los aragoneses no debería enturbiar para nada el clima de confianza imperante en el vestuario azul.

Si por algo se distingue en estos momentos el Oviedo de Anquela es por saber imprimir a los encuentros el ritmo que más le conviene. Eso sí, siempre en base a no conceder ocasiones claras de gol al equipo contrario. Así, no es lo mismo jugar con diez contra un filial en Sevilla que contra una Cultural a la que se sabe que le gusta jugar bonito pero que por eso mismo deja demasiados huecos atrás. Por eso fue necesario sufrir en exceso ante les andaluces y, sin embargo, ayer ante los leoneses el entrenador azul permitió mayor libertad a sus jugadores (dentro de un orden) para que diesen un paso adelante y disfrutasen ellos e hiciesen disfrutar a la afición, una afición cada vez más asociada con el equipo.

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