Desde el primer momento, la orden fue la de no arriesgar lo más mínimo, la de ir sobre seguro. Cuando Toché cayó lesionado en Alcorcón se sabía que el proceso de recuperación no sería sencillo. Una lesión en el menisco siempre es un accidente desafortunado que cuesta superar. Toché fue operado por el doctor Pedro Guillén el pasado 8 de noviembre y fue el propio médico el que se atrevió a señalar plazos. "Estará entre seis y ocho semanas fuera", explicó Guillén a LA NUEVA ESPAÑA. El regreso a los entrenamientos, con Toché aún sin estar en la dinámica del grupo, parece indicar que se apurarán los plazos marcados por el doctor murciano.

Toché se dejó ver ayer en la parte final del entrenamiento junto al canterano Viti, también con molestias. Los dos futbolistas hicieron carrera continua sobre el césped de El Requexón. A lo largo de la semana, el delantero podría ir poco a poco integrándose en el trabajo grupal.

La más que previsible ausencia de Toché para Huesca no resta, sin embargo, un ápice de confianza en el conjunto azul. La última racha es el mejor precedente para comprobar que sí hay vida sin los goles del murciano. El Oviedo ha disputado ocho encuentros sin su delantero de referencia y los registros son sobresalientes: siete victorias y una sola derrota. Linares es el que mejor ha sabido aprovechar el momento para dar un paso al frente: se ha convertido en titular indiscutible y ha ayudado, además de con trabajo, con cuatro goles. El aragonés reparte méritos. "Toché es fundamental para nosotros, pero el equipo ha dado más de lo que podía en su ausencia. El grupo está por encima de todo y hemos demostrado que siempre responde. Desde pretemporada hemos tenido mil bajas. Fabbrini cayó en verano. Después lo han hecho Hidi, Mariga, Toché, Diegui? Nunca lo hemos usado de excusa", indica Linares. "A Huesca llegamos en un gran momento. El estado de forma y anímico es perfecto", añade.