El lunes 1 de enero el Oviedo regresó a los entrenamientos. Los hombres de Anquela se desperezaron en una lluviosa jornada de resaca y buenos propósitos. Era noche cerrada en El Requexón cuando los futbolistas pisaron el césped. Una sonora ovación sirvió de recibimiento para el nuevo año. Había cerca de 250 seguidores azules siguiendo la sesión, a pesar de que se tratara de una simple toma de contacto y de que las condiciones climatológicas no acompañaran. Era el pistoletazo de salida para una semana que ha dejado la mayor presencia de seguidores en las gradas en los últimos tiempos. Ayer, el Oviedo madrugó para realizar la última sesión antes de viajar a Huesca y no faltaron los más jóvenes. Los regalos oviedistas traídos por los Reyes Magos necesitaban el complemento de una instantánea o de un autógrafo.

Los niños han sido los protagonistas, como es lógico, esta semana en pleno periodo de descanso vacacional. Acompañados de padres y abuelos, han sido habituales desde la sesión inicial del lunes en los entrenamientos. El club también ha estado atento y ha facilitado el acceso de aficionados a los futbolistas con diversos actos. El miércoles, Forlín, Toché, Valentini y Mossa visitaban, junto a las jugadoras del Oviedo femenino Silvia y Alejandra Moro, el HUCA para repartir regalos entre los pequeños ingresados. El jueves fueron Carlos Hernández y Alfonso Herrero los que se sometieron a las preguntas de los niños en un acto celebrado en Tartiere Auto. También se han pasado esta semana Verdés, Folch, Johannesson y Berjón por la tienda oficial del club para firmar autógrafos a los aficionados.

La amplia presencia de aficionados en los entrenamientos del primer equipo ha sido comentada en la sala de prensa por los protagonistas. Anquela hizo un curioso razonamiento cuando se le mencionó lo que estaba sucediendo. "Me da miedo ver a tanta gente en los entrenamientos. Soy muy responsable y no quiero fallar a nadie. Jugamos con la ilusión de mucha gente. Aquí, ser del Oviedo es una religión, y me parece precioso", expresó el entrenador en su última intervención ante los medios.

El último regalo para el día de Reyes se puede producir en diferido: una victoria en el campo del líder haría que la ilusión se desbordase aún más.