Juan Forlín celebró ayer su treinta cumpleaños con el trofeo que le acredita como mejor jugador de diciembre en el Oviedo. El defensa argentino, escueto siempre en sus respuestas, admitió el buen momento del equipo, pero instó a no relajarse y advirtió de que lo realmente difícil viene ahora. "Siempre hay que mejorar. Hay cosas por corregir. Las victorias tapan algunas cosas. "Falta una vuelta entera. Ahora viene lo más complicado, que es mantenerse ahí arriba. Hay que trabajar. Y prepararse para sufrir", señaló ayer en El Requexón.

Forlín es, en sí, una de las explicaciones de la imponente racha del Oviedo: cinco victorias y un empate en los últimos seis partidos. Desde que retrasó su posición, cuesta un mundo hacerle un gol al Oviedo. Él admite que está "cómodo" con el nuevo dibujo, pero automáticamente asegura que jugará donde le digan que no se siente líder sino "uno más". "Vine para aportar y para sumar, no me siento ningún líder", afirmó.

Que no se sienta no quiere decir que no lo sea. El argentino es habitualmente de los más destacados en los partidos. Desde que juega de líbero de inicio, de hecho, los azules no pierden. "Competimos pase lo que pase. Sobre todo fuera. En casa tenemos el apoyo de la afición y se nota mucho. Nos estamos haciendo fuertes como grupo. No sólo del equipo inicial. Hay jugadores que no están teniendo los minutos que quisieran. Los entrenamientos son intensos", aseguró Forlín, que dijo desconocer el horario del derbi ante el Sporting (domingo 4 de febrero, 18.00 horas): "Solo pensamos en Vallecas".