Pablo Moro (Oviedo, 1978), cantautor y oviedista activo, de los de dar la cara en los momentos más complicados, pide unos días para pensar su once, no es tarea fácil, y manda la descripción de cada futbolista. Como en la mayoría de los casos, imperan los sentimientos. Por eso, junto a figuras de los 90 (Joka, Jerkan) se cuelan delanteros exóticos (Thompson lo fue en su momento) o símbolos de la última etapa (Kily). Manda su equipo con un pequeño problema: ha elaborado un ofensivo 1-3-5-3, una alineación indebida que pone 12 jugadores sobre el verde. Con algo de dolor, decide sacar a Hevia y reservarlo para la segunda parte, cuando las defensas estén más castigadas. "Cuando empecé a ir al fútbol, Hevia era la gran esperanza de la cantera. Cada vez que salía la afición lo celebraba con vítores y si el míster no acababa de sacarlo en un partido que no iba bien, la gente gritaba su nombre sin descanso: '¡Saca a Hevia!'. Él salía con pasión y empuje a luchar cada balón y conectaba directamente con la grada. Yo adoraba esos momentos de ilusión y felicidad y que fuera de casa. Si me preguntas qué jugador de la historia del Oviedo me hubiera gustado ser mi respuesta sería él", señala.

Su equipo aúna firmeza en defensa, calidad en el medio y gol: Zubeldia; Gorriarán, Jerkan, Luis Manuel; Kily, Tomás, Jokanovic, Viñals, Berto; Carlos y Thompson (Hevia).