La semana que comenzó ayer no es otra más para el oviedismo. El domingo asoma un partido en el Carlos Tartiere que la hinchada azul lleva años esperando. Muchos años. Entenderlo implica mirar al pasado y no al presente. Hoy, el Oviedo-Sporting no es solo más que un partido de la cuarta jornada de la segunda vuelta que ofrece al equipo de Anquela la oportunidad de dar un paso más hacia Primera División.

Todo eso es verdad. El resultado no será definitivo ni para el Oviedo ni para el Sporting. Pero también es verdad la parte intangible, a la que el Oviedo apela con prudencia para no sobreexcitar en demasía un entorno ya de por sí excitado. Los mensajes que salen del vestuario azul tienen ese doble juego: hay referencias al pasado, pero también se pide tranquilidad. El último ejemplo fue Verdés, que compareció ayer en El Requexón. "No creo que sea beneficioso estar más excitados de lo que deberíamos. Hay que afrontar la semana con normalidad e intentar aislarnos del entorno hasta que llegue el partido", señaló ayer el central valenciano.

Aislarse del entorno, Verdés lo sabe, es imposible, pasional como es, como siempre ha sido, la hinchada del Oviedo. "Han pasado momentos complicados y eso hace que el oviedismo cale mucho: los niños, la gente mayor... Gente que ha visto al equipo en situaciones muy difíciles", dice el central. El pasado siempre presente.

¿Y el Sporting? "Tiene muchos futbolistas buenos además de Santos", advierte el central. "No creo que las individualidades ganen partidos. Hay que ser listos, será un partido más intenso que otros, por el ambiente", añade. Y da la receta: "Ser ordenado y tener las cosas claras hace que a los rivales les cueste ganarnos".