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Kilómetros para ganar un derbi

Oviedistas por el mundo se las ingeniaron para ir al Tartiere

Kilómetros para ganar un derbi

Con el tren parado en Pola de Lena por la nieve, Iñaki vuelve a repasar mentalmente lo sucedido el día anterior. Por una vez, los retrasos no incomodan. La tempestad ha provocado que se cancele el vuelo de vuelta de Iñaki y Alejandro. Da igual: el esfuerzo ha merecido la pena. Nico se despertó ayer a las 4 de la mañana para completar en coche los 400 kilómetros que separan Varsovia y Zielona Goram en Polonia para ir directamente a la oficina. Un atracón de viaje, pero siempre con una sonrisa.

Son algunos de los protagonistas anónimos en la grada del Tartiere que se desplazaron desde distintos puntos a Asturias con un objetivo en mente: volver a disfrutar 14 años después de un derbi. Y ganarlo.

El caso de Nicolás Martín es un buen resumen del seguidor oviedista con una cita ineludible en el calendario. La combinación viajera fue la siguiente: el jueves 1 recorrió en coche los 400 kilómetros que separan Zielona Gora, donde reside, y Varsovia. Desde ahí, avión a Madrid. Y de la capital a Asturias en coche con su primo. Desde que pisó "la tierrina", una preocupación ocupó su cabeza: que el partido no se suspendiera por la lluvia caída. "Llegué a mirar en Google tutoriales de '¿cómo cuidar mi jardín?', cuenta; "Para mí, las estrellas del partido fueron los jardineros, aunque Mossa también ayudó". El partido lo resume así: "El Sporting pensaba que seguíamos en Tercera y se encontraron un equipo de Primera".

Alejandro González logró colarse entre los "trending topics" en noviembre de 2012. En plena lucha por la supervivencia, el asturiano situó una pancarta en Celtic Park, en un Celtic - Barça, con un mensaje claro: "Save Real Oviedo". Una valla publicitaria interesante. Seis años después y con el Oviedo salvado por gestos como aquel, el aficionado solventó la distancia entre Goteborg y el Tartiere con un par de escalas. "Con que no perdiéramos era suficiente", relata conformista; "pero al final, con el ambiente y el buen fútbol del Oviedo, mucho mejor". A Alejandro le cancelaron el vuelo de vuelta el martes y aterrizó en Goteborg ayer por la tarde.

1.780 kilómetros solo son un paseo cuando se trata de animar a tu equipo en una cita tan especial. Iñaki Escotet tenía claro que el esfuerzo merecería la pena. Trabajó un par de horas el viernes y, tras cumplir, estaba de camino a Lisboa. La escala de una hora en Portugal precedió su llegada a Asturias. "Estuve todo el fin de semana centrado en el derbi, disfrutando las horas previas". Desde las 12.00 lo vivió enfundado en la camiseta de Cervero. "Qué bien salió todo, con ese 2-1. Mereció la pena". Todo cuadrado, perfecto. Demasiado bonito. La vuelta no fue tan sencilla. El temporal hizo que su primer vuelo se cancelase. Hubo que reformular el trayecto de vuelta. El aficionado acabará llegando hoy a Alemania, dos días después del día previsto si no hay nuevos incidentes. Tarde, sí, pero con un derbi ganado.

La Peña Oviedista de Barcelona siempre se deja notar cuando se juega dentro de su jurisprudencia, Cataluña y alrededores. Para el derbi, ampliaron su radio de acción. La ocasión merecía le pana. "Nos desplazamos unos 30 peñistas, algunos en avión, otros en coches. Iñaki, en tren", cuenta Paco Álvarez Ribadeneira. Iñañi Nerín, al que hace referencia, es ya un clásico de los viajes en tren. Le da igual comerse 9 horas de trayecto con tal de ver a su Oviedo. "Fue genial, qué ambiente en Oviedo, qué maravilla", cuenta Iñaki. Su compañero de peña Paco le secunda: "Lo más bonito era ver las caras de los oviedistas en el aeropuerto antes del viaje de vuelta a casa". Pura felicidad.

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