Juan Antonio Anquela es consciente de que si el baja la guardia los siguientes en hacerlo serán los jugadores y esa podría ser una debilidad que el Oviedo no se puede permitir. Y más si pretende lograr metas tan ambiciosas como las que ahora tiene al alcance de la mano. Los azules son terceros, empatados a puntos con el segundo, el Cádiz, rival al que se enfrentan mañana (18 horas) en el Ramón de Carranza. El puesto de ascenso directo está en juego en ese encuentro. Por eso Anquela se muestra un tanto huraño y esquiva los elogios que se le acumulan cada vez que hace una comparecencia pública.

Los azules acaban de ganar (2-1) el único derbi que se ha celebrado en Liga en el Tartiere en los últimos quince años y eso ha provocado un estado de satisfacción que al que no satisface es al propio Anquela: "Aquí, en Segunda, hay que estar en estado de alerta, el fútbol es un estado de alerta permanente, como te relajes un poquito lo pagas, como te relajes un poquito no ganas. Lo digo todas las semanas". Uno de los ejemplos más recurrentes que utiliza el técnico de Jaén son los dos empates que sumó el Oviedo en sus desplazamientos a Huesca (1-1) y Vallecas (2-2), donde se les escapó la victoria: "En algunos partidos no nos ha valido de nada dar el 100%, es decir, tenemos que estar al 100% para no perder y después tener la fortuna necesaria para ganar".

Y, a continuación, sigue con el discurso que todo aficionado azul repite como una oración: "Esto es Segunda División y el Oviedo no es superior a nadie, lo que es evidente es que tampoco somos inferiores. Lo único que hay que hacer es ser humildes, pensar en lo que nos vamos a encontrar cada partido y el de este sábado va a ser uno de los que todos queremos jugar y de los que a todos nos gustaría ganar, pero las dificultades van a ser enormes". Mientras, Fabbrini no viajará al Carranza al arrastrar molestias en la rodilla que se rompió en verano.