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Las mamparas para la afición del Sporting tensionan la relación entre el Oviedo y el tripartito

El club pagó las vallas en la grada de los aficionados del Sporting ante el reiterado silencio municipal - El Ayuntamiento dejó sin respuesta cuatro veces los requerimientos azules y aprobó la instalación dos días antes

Los seguidores del Sporting tras las mamparas instaladas por el Oviedo para el derbi. IRMA COLLÍN

El proceso para la instalación de las mamparas de seguridad en la grada donde se ubicaron el domingo pasado, durante el derbi, los 1.200 aficionados del Sporting presentes en el Carlos Tartiere ha vuelto a elevar la tensión entre el Oviedo y el Ayuntamiento de la ciudad, dos instituciones que mantienen desde hace tiempo una relación de desconfianza mutua. Las vallas, cuyo objetivo era impedir que los aficionados rojiblancos lanzaran objetos a los seguidores azules ubicados en la grada inferior, tuvieron que ser costeadas e instaladas por el club azul después de que el Ayuntamiento, titular y responsable del mantenimiento del estadio, se pasara más de dos meses sin atender los requerimientos de la entidad carbayona.

El tripartito local (formado por Somos, PSOE e IU) dejó sin respuesta hasta cuatro veces las peticiones del Oviedo, desde el 21 de noviembre del año pasado hasta pocos días antes del derbi, según consta en la carta que el presidente del club azul, Jorge Menéndez Vallina, le remitió la semana pasada al alcalde, Wenceslao López (PSOE). En el documento, de cuatro páginas y al que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA, Vallina defiende la actuación del club. Hace constar el silencio municipal ante distintos mensajes enviados al Ayuntamiento, vía correo electrónico y vía Registro municipal, por parte del gerente azul, David Mata. Ante el pasotismo municipal, a la entidad azul no le quedó otra que asumir el coste y la instalación de las vallas de seguridad, obligatorias en el protocolo que envuelve a un partido de "alto riesgo", como fue calificado el pasado Oviedo-Sporting, duelo que centró una atenta mirada no sólo a nivel regional sino también a nivel nacional.

El Ayuntamiento reaccionó una vez las mamparas estuvieron colocadas en la grada, pocos días antes del derbi, en la semana previa. En un primer momento, los técnicos dudaron de que las instaladas por el Oviedo cumplieran los requisitos técnicos exigidos, pero después, una vez que el Oviedo les hizo saber que en el caso de que quisieran colocar otras nuevas tendrían la responsabilidad ante un hipotético accidente, los responsables municipales recularon y mantuvieron las previstas. De hecho, la aprobación definitiva de las vallas en la grada rojiblanca llegó el viernes dos de febrero, tan solo dos días antes del partido. Las vallas tenían dos metros de altura, aunque el plan previsto por el Oviedo en un principio, y trasladado al Ayuntamiento con meses de antelación, contemplaban mamparas de cuatro metros de altura.

En la citada misiva, Vallina exige también al Alcalde una reunión "a la mayor brevedad" para tratar la sectorización completa del estadio y "el resto de demandas que venimos reclamándoles".

Aunque finalmente se solucionó la situación, el nuevo enredo deja molesto al Oviedo, que no entiende el silencio municipal durante dos meses ante un requerimiento relacionado con un aspecto tan importante como la seguridad de los aficionados. En la entidad oviedista hay la sensación de que si no toma la iniciativa las mamparas no hubieran llegado a instalarlas a tiempo para el partido. En el Ayuntamiento, por su parte, restan importancia a la carta de Vallina y sostienen que se trata de un "problema de los plazos propios de la Administración". Otras fuentes municipales consultadas señalan a las "tiranteces" entre los responsables técnicos de una y otra institución como motivo del enredo. Representantes del tripartito, con el Alcalde a la cabeza, siguieron el partido desde el palco del Tartiere.

En el documento enviado al Alcalde, fechado el 1 de febrero (tres días antes del derbi), Vallina deja claro que la colocación de las vallas tienen el objetivo de conseguir "cero" incidencias entre seguidores y de proteger a los aficionados azules ubicados debajo, una zona donde suelen sentar a los escolares que invita cada partido el club. El presidente azul hace constar que la primera vez que la entidad pone en conocimiento del Ayuntamiento la necesidad de unas vallas para la grada visitante es el 11 de septiembre de 2017 mediante un correo electrónico enviado por David Mata a la concejala responsable del área, la socialista Ana Rivas. Más de mes y medio después, el 30 de octubre -siempre según la carta enviada por Vallina- se vuelve a tratar el tema en una reunión mantenida por ambas instituciones en el Consistorio. En esa cita, el Ayuntamiento pide al club que envíe información sobre las necesidades concretas (medidas de las vallas, materiales?), una información que el Oviedo hace llegar al Consistorio veinte días después, el 20 de noviembre. Un día después, el 21 de ese mes, el Ayuntamiento da acuse de recibo y promete estudiar el plan que necesita la entidad azul.

Desde entonces, desde ese 21 de noviembre, el Ayuntamiento deja de dar señales de vida. El 18 de diciembre, días antes del partido frente a la Cultural (con presencia de 1.500 aficionados leoneses), el club azul pide por correo electrónico al Ayuntamiento la contestación prometida. La entidad no obtiene respuesta. El 2 de enero, según la misiva de Vallina al Alcalde, el Oviedo lo vuelve a intentar y recuerda la proximidad del derbi, también por correo electrónico. El Ayuntamiento no responde. El Oviedo hace otras dos intentonas, esta vez por registro, el 8 y el 19 de enero, ambas sin respuesta municipal.

Ante el silencio de la administración, el club azul decide costear e instalar las vallas. Se colocan el jueves uno de febrero y es entonces cuando un funcionario municipal advierte de posibles problemas técnicos. El Ayuntamiento, entonces, reacciona y firma un escrito en el que advierte al Oviedo de que las vallas colocadas por su cuenta pueden incumplir una serie de requisitos. Quedan tres días para el derbi. El club decide trasladar una carta urgente al Alcalde, firmada por Vallina, que sirve para solucionar la situación. Al día siguiente, sobre la bocina, el tripartito aprueba la instalación de las vallas con las medidas y los materiales de las ya colocadas.

Este nuevo capítulo añade desconfianza y tensión a las relaciones de las dos instituciones. De hecho, ese mismo viernes el Oviedo tantea a jardineros de empresas de fuera de la ciudad por si el Ayuntamiento no le facilita los 24 operarios que consideran necesarios para dejar apto el césped, encharcado por las lluvias. Aquí, el Ayuntamiento sí reacciona con rapidez y reúne a 24 jardineros de su servicio para dejar lista una hierba que también es motivo de discusión entre Oviedo y Ayuntamiento.

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