El balón parado, asunto capital en la igualada Segunda División, es uno de los fuertes del Oviedo de Anquela. Factor que decide encuentros, las jugadas de estrategia suelen dar grandes réditos cuando Saúl Berjón inicia una ejecución que suele encontrar continuidad en la cabeza de los rematadores, con Carlos Hernández como principal reclamo en el área. Tampoco se suelen encontrar fisuras cuando se trata de defender este tipo de acciones. Pero en Cádiz, Servando encontró una grieta en el muro y por ahí se coló para batir a Alfonso, hacer el 2-1 y acabar con ese testarazo con la magnífica racha del Oviedo en la competición. Fue el primer gol encajado en una jugada de estrategia en los dos últimos meses y medio.

El tanto le dolió especialmente a Anquela, que lamentó los errores cometidos al final del choque. El técnico desechó rápidamente la opción de quejarse por la expulsión y se centró en las acciones que le sirvieron al Cádiz para darle la vuelta al choque. Recibir un tanto a balón parado cuando estás con un futbolista menos en el césped es un golpe que molesta a cualquier entrenador.

Durante el periodo de imbatibilidad, que se extendió durante las 10 jornadas previas a la visita al Ramón de Carranza, el Oviedo se había acostumbrado a no sufrir rasguños a balón parado. Era una de sus señas de identidad. El último gol en una jugada de estrategia se dio el pasado 25 de noviembre, cuando los azules derrotaron al Numancia 3-1 en el Tartiere y comenzaron su mejor momento en el campeonato, que les llevó a candidato al ascenso. Aquella tarde, Higinio igualó el marcador en la primera mitad al adelantarse a Alfonso, debutante entonces, y cabecear un centro desde la esquina.

Desde aquella experiencia y hasta el choque de Cádiz el Oviedo había recibido cinco goles en nueve encuentros, ninguno en córner o falta. Los tantos llegaron cuatro en jugada (Huesca, el primero del Rayo, Almería y Sporting) y uno de penalti (el segundo del Rayo).

Anquela sí puede, sin embargo, seguir contando con este tipo de jugadas para hacer daño a los rivales. Ante el Cádiz se vio otro gol a balón parado: falta lateral que centra Berjón y remata Linares. En el mismo plazo en el que los azules no recibieron en jugadas de estrategia, los azules lograron perforar la meta rival en jugadas de esta naturaleza en cinco ocasiones: ante el Lorca, Rocha anotó en una jugada ensayada en un córner; ante el Sevilla Atlético, el mismo futbolista lo hizo de falta directa; contra la Cultu fue Carlos Hernández el que cabeceó un centro de Saúl Berjón; y en la visita al Rayo, Christian y Carlos Hernández marcaron en sendos córners.