El partido tenía un aliciente, aquellos aficionados que hubieran adquirido entradas para el derbi ante el Sporting (40 euros) también tenían derecho a asistir al choque frente al Albacete. En contra de llamar a gran afluencia de público influyó el carácter festivo del día: el Carnaval en Oviedo invitaba a otros menesteres. Hubo quien combinó disfraz y fútbol. Al final, fueron 17.682 espectadores los que se dieron cita en el municipal ovetense para seguir el partido.

La cifra demuestra que la gente sigue enganchándose a este Oviedo. La de ayer fue la tercera mejor entrada en lo que va de temporada. El choque ante el Sporting sigue teniendo el récord, gracias a los 27.506 espectadores que acudieron hace dos semanas a asistir a la victoria azul en el derbi. Se cuela en la segunda posición de la temporada el choque ante la Cultural (3-0). En el último partido del año en el Tartiere asistieron 18.089 espectadores.

Que Oviedo celebraba el Carnaval se podría observar con un simple vistazo a la grada. Los más pequeños fueron los que pusieron el color. Una familia de jóvenes pitufos (de color azul carbayón) llegó al estadio formando una perfecta hilera. Jaime, de 7 años, acudió con su bufanda ("inquebrantables") y la camiseta de su ídolo, Toché. Debía elegir entre la fiesta de disfraces y el estadio y no lo dudó. "Lo que más me gusta es ver al Oviedo", decía en la previa con optimismo contagioso: "Vamos a ganar 2-0". En la grada, más disfraces, a la espera de que los hombres de Anquela vistieran de victoria un partido que podía impulsar a los azules en la lucha por la segunda plaza.

La visita del Albacete tenía, además, el interés de traer al Tartiere a cuatro exfutbolistas azules, pero, entre unas causas y otras, ninguno formó parte de la convocatoria final de Enrique Martín. Pelayo viajó con el equipo mientras acelera en la recta final de su recuperación y Susaeta no pudo participar por la cláusula introducida en su momento por el Oviedo en su contrato. Se esperaba a Miño y Erice pero tampoco estuvieron entre los 18. El portero notó unas molestias en el entrenamiento del día anterior en Mareo y fue sustituido por Godino, tercer meta. El navarro había sufrido molestias en la rodilla y, aunque parecía que estaría en el césped, no estuvo en la lista final.

El partido no siguió el tono festivo de una grada vestida para la ocasión. En uno de los partidos más trabados y poco atractivos de la temporada, el Oviedo solo logró sumar un punto. La fiesta, esta vez, se quedó a medias.