Defender a los suyos y recordar que él ya había advertido de la dificultad de la Segunda División. En esas dos ideas centró Juan Antonio Anquela su rueda de prensa previa al encuentro ante el Zaragoza del domingo (16 horas).

"Yo no he engañado a nadie", repitió en varias ocasiones el entrenador del Oviedo. "Advertí de lo difícil que iba a ser esto, que tenemos que saber de dónde venimos y lo que nos cuesta ganar un partido", añadió. Eso sí, reproches a sus jugadores ninguno: "Mis jugadores se dejan el alma en cada partido y solo hay que ver cómo hemos llegado hasta donde estamos; sufriendo muchísimo en cada partido y corriendo más que nadie".

Anquela intentaba con estas palabras poner las cosas en su sitio después de dos jornadas sin ganar, con la derrota en Cádiz (2-1) y el empate en casa ante el Albacete (0-0). Y es que para él "las cosas van muy bien". "Estamos donde queríamos estar, compitiendo en cada partido".