La unidad por encima de todo. Esa es la clave repetida una y otra vez por cada futbolista que acude ante los medios para analizar la situación del Oviedo esta temporada. Se apelaba a la unidad en los momentos de éxito, en las semanas (10) de imbatibilidad, y se menciona el mismo concepto cuando vienen mal dadas. Ahora, que el campeonato enfila la larga recta de meta, con 12 jornadas por disputarse, el Oviedo quiere que la plantilla mantenga la unidad demandada por Anquela desde el primer día. Ayer se vio un nuevo ejemplo: la plantilla, los entrenadores y empleados del club comieron todos juntos en un restaurante de Las Caldas tras la exigente sesión matinal que tuvo lugar en El Requexón.

Las comidas para hacer grupo están siendo habituales esta temporada entre los futbolistas de la primera plantilla, pero ésta llega en un momento especial. Es la etapa en la que los resultados están dando menos facilidades al trabajo de Anquela y los suyos. Precisamente, en los momentos de flaqueza es cuando más se quieren reforzar los vínculos. "Tenemos que estar todos unidos porque sabíamos que llegarían momentos en los que íbamos a sufrir", explicó Anquela, como otras veces había hecho, tras la derrota ante el Tenerife.

El vestuario sabe que las últimas cinco semanas han dañado la imagen del grupo pero cree en las opciones de cara al tramo final de competición. Aún restan 12 semanas, tiempo para que pasen muchas cosas, y los azules tienen varias razones en las que creer. La orden no ha variado y se trata de pensar solo en el siguiente rival aunque resulta imposible no analizar lo que muestra el calendario. Por ejemplo, que 7 de los 12 choques que quedan por jugarse tendrán al Carlos Tartiere como escenario. Un punto a favor en las aspiraciones carbayonas. También influye el hecho de que los azules ya han superado el tramo más complicado del calendario, con visitas a plazas exigentes como Huesca, Vallecas, Cádiz o Tenerife.

A la situación deportiva se une la lectura social. El oviedismo celebra el domingo su 92.º cumpleaños con actividades dirigidas a los aficionados a lo largo de todo el día en las inmediaciones del Tartiere. El club es consciente de que ganar al Granada tendría un doble efecto: revitalizaría las opciones azules al ascenso y engancharía a una afición que no saborea una alegría desde el derbi