La mejor dinámica de resultados de los azules se sitúa en el choque ante el Lugo del Tartiere, hace justo una vuelta. Anquela reaccionó en la primera parte retrasando a Forlín como libre y formando con tres centrales. Ese dibujo, el 5-4-1, no sería empleado de inicio, sin embargo, hasta la 16.ª jornada, ante el Numancia en el Tartiere. El Oviedo ganó 3-1 en aquella ocasión y encadenó cinco victorias consecutivas y un empate para cerrar la primera vuelta. Aquella reacción quedó asociada a un sistema en el que los carrileros sorprendían por los flancos.