Cuando la recta final se acerca, las piernas pesan una tonelada y las ideas se nublan. Es el mal de altura, aplicado también al fútbol. El Oviedo afronta las últimas ocho jornadas de Liga con la sensación de que cualquier detalle puede ser decisivo. La experiencia cobra a estas alturas una importancia trascendental. En la caseta azul hay ejemplos a los que acogerse para confiar en un final feliz. Está Forlín, que defendió la camiseta de Boca en El Monumental. Mariga disfrutó de minutos calientes en la Liga de Campeones que conquistó el Inter de Mourinho. Incluso Toché vio de cerca las bengalas en el violento derbi griego entre Panathinaikos y Olympiakos. La mayoría cuentan con batallas de altos decibelios y unos pocos pueden presumir de haber logrado el ascenso a Primera en otros destinos. Ocho futbolistas de la actual plantilla acumulan diez ascensos a Primera División en diferentes etapas de su carrera futbolística. Es el ejemplo a seguir en los dos meses que le quedan a Segunda División.

Toché y Aarón, experiencia doble. Toché ha experimentado en dos ocasiones lo que significa el ascenso a Primera División. Lo hizo en dos situaciones muy diferentes de su vida futbolística. Su primera celebración le tocó en Soria, en junio de 2008. Le tocaba reconducir su carrera en el Numancia, después de despuntar en la cantera del Atlético y que el ligamento de su rodilla le obligara a empezar de cero en 2004. No fue una campaña con regularidad pero ayudó con 387 minutos en los que logró anotar tres goles.

Su segundo éxito fue más adelante, ya como consagrado ariete. El Deportivo le trajo de vuelta de Grecia para colaborar, a partir de diciembre, en el ascenso. Fue en 2014 y el murciano respondió con 4 tantos en 12 encuentros.

Un caso especial es el de Aarón Ñíguez que puede presumir de tener dos ascensos desde el punto de vista estadístico. En la temporada 2012-13, el extremo jugó la primera vuelta en el Almería (jugó 17 partidos e hizo un tanto) y en enero se fue al Elche, con el que disputó 16 choques. Los dos equipos acabaron ascendiendo a Primera.

Un Elche azul. A esa ayuda de Aarón para que el equipo ilicitano lograra subir, se le suma la de otros dos actuales oviedistas: Miguel Linares y Héctor Verdés. Ninguno de los dos era indiscutible en el equipo franjiverde, pero pusieron su granito de arena. Once choques para el central y ocho para el atacante, que hizo un gol. Aquel Elche dirigido por Fran Escribá, que completó un campeonato modélico, tenía más guiños al pasado reciente del Oviedo: Generelo era un habitual en el centro del campo y Pelayo Novo, un clásico en las segundas partes.

Indiscutibles Juan Carlos y Christian; colaborador Varela. Juan Carlos fue una de las piedras del proyecto del Villarreal en la 2009-10 para que el "Submarino Amarillo" pudiera recuperar su sitio en la élite. Fue indiscutible para Valverde y una vez destituido éste, para Garrido. Jugó 40 encuentros: 3.453 minutos. También era un fijo Christian en el Almería que en la temporada 2012-13 ascendió. Sumó 2.795 minutos (más 390 del play-off) en un total de 32 choques (más cuatro de la promoción). Además, fue su campaña más prolífica en ataque: 6 dianas y 8 asistencias. No fue tan alto el nivel de Varela en la 2015-16, pero el lateral ayudó al Betis a recuperar su sitio en Primera con 14 partidos: 909 minutos.

Pucko, el último en triunfar. El caso más reciente de acceso a Primera División en la actual plantilla azul es el de Matej Pucko, con el sorprendente Osasuna. El conjunto rojillo se coló a última hora en el play-off, como invitado inesperado, tras golear en el Tartiere y dio la sorpresa en el play-off. Pucko fue una pieza con peso en los planes de Quique Martín, muchas veces desde el banquillo. Jugó 31 partidos (más otros dos del play-off) y anotó cuatro goles aquella temporada, la 2015-16.