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Razones para la esperanza en el Oviedo

Los carbayones, que no han perdido este año dos partidos seguidos, han demostrado gran capacidad de reacción en los malos momentos

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Entrenamiento del Real Oviedo

La derrota (1-2) frente al Valladolid sacó al Oviedo de los puestos de play-off de ascenso a Primera y dejó un regusto amargo por el mal juego del equipo. Lo reconocieron el entrenador y los jugadores. Un mal día como ha habido otros durante la temporada y de los que el equipo azul siempre ha sabido salir. Y es que, precisamente, la capacidad de reacción y la regularidad del conjunto de Anquela son dos de las virtudes a las que se puede agarra el oviedismo de cara a esta recta final de la temporada en la que está en juego meterse entre los seis primeros clasificados y luchar por el ascenso a Primera.

El Oviedo aún no ha perdido dos partidos consecutivos. El equipo azul ha tenido fases diferentes durante la temporada, momentos en lo que parecía que el objetivo de meterse en play-off de ascenso se alejaba y otros en los que daba la sensación de que podía incluso luchar por el ascenso directo. Si bien, en los peores momentos nunca ha llegado a sumar dos derrotas de forma consecutiva. Los azules encadenaron entre la sexta y la décima jornada cinco partidos sin ganar, pero tres de ellos fueron empates. Fue el peor momento de la temporada para el cuadro azul, colocado en los puestos de abajo de la clasificación, más cerca del descenso que del play-off. Fue ahí cuando el equipo no perdió a calma y, cambiando algunas cosas en el sistema de juego, le dio la vuelta a la situación y empezó a encadenar victorias para estabilizarse en la zona alta de la clasificación.

Todos tropiezan. El Oviedo tropezó en el Tartiere frente al Alcorcón (0-1) y contra el Valladolid (1-2). Dos derrotas en los últimos partidos jugados en casa y las dos muy dolorosas. Pero es que, como Anquela viene avisando durante toda la campaña, cada victoria cuesta un mundo y en esta categoría no hay un rival que ponga las cosas fáciles. Que se lo digan al Zaragoza. Los maños sumaron seis victorias seguidas y cuando parecían invulnerables pincharon en su campo (0-1) con un Sevilla Atlético que apenas tiene opciones de permanencia en la categoría. Un tropiezo que sirve como aviso a navegantes: para ganar un partido, cualquier partido, hay que dar el nivel más alto. Sin ir más lejos, en la pasada jornada el Granada, metido en la pelea por el play-off, empató (3-3) contra una Cultural que ocupa las posiciones de abajo de la tabla y lucha por evitar el descenso. También el Lorca, prácticamente en Segunda B, sacó un punto (1-1) en el campo de un Lugo que, con ese resultado, se dejó casi todas sus opciones de clasificarse para el play-off de ascenso a Primera.

Una defensa en la que confiar. Una de las cosas que ha perseguido Anquela desde que comenzó la temporada es confeccionar una defensa sólida, evitar que el Oviedo sea un equipo que reciba goles con facilidad. Al principio de la temporada le costó mucho conseguirlo y, fueran mejores o peores los resultados, siempre recibía más goles de los que a Anquela le hubieran gustado. Poco a poco, el equipo frenó esa sangría. En estas cuatro últimas jornadas, el Oviedo ha perdido dos partidos y ha ganado otros dos. Las victorias han llegado cuando ha sido capaz de dejar la puerta a cero (0-1 frente al Lugo y 1-0 ante el Nàstic), pero en las derrotas tampoco la sangría defensiva ha sido excesiva. Un gol en la derrota ante el Alcorcón y dos en la sufrida ante el Valladolid. Y es que el Oviedo al menos ha conseguido consolidarse como un equipo fiable en defensa. La ausencia de Forlín, el defensa más en forma del Oviedo, el domingo (12 horas) en el campo del Numancia será un buena prueba de fuego en ese sentido.

Un buen calendario en casa. Que los rivales son todos difíciles es una de las consignas que más repite Anquela cuando habla en público. Pero, lo reconozca o no, hasta el propio entrenador azul preferirá medirse a equipos que se están jugando pocas cosas que a otros que están obligados a salir con el cuchillo entre los dientes. Lo que queda de temporada, el Oviedo tiene un calendario asequible en casa y más complicado a domicilio. El encuentro del Oviedo el domingo ante el Numancia se presenta como uno de los más complicados que le quedan a los azules. Un equipo, el soriano, en puestos de play-off y el otro, el azul, séptimo y a dos puntos del sexto. Más sencillo parece el siguiente en casa ante el Lorca. Los murcianos están a quince puntos de la permanencia y pueden llegar al Tartiere el domingo 6 de mayo (16 horas) ya descendidos. Volverá el equipo azul a tener una salida complicada en la siguiente jornada, ante el Osasuna. Pero, de nuevo en casa, el Oviedo se las verá con otro rival que puede estar descendido entonces, el Sevilla Atlético. La salida a León va a depender bastante de cómo esté la Cultural en su lucha por la salvación. Lo mismo va a suceder con el partido que va a cerrar la liga regular, el que va a medir al Oviedo con el Huesca. Si acierta Anquela, aún estará todo por decidir.

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