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El Lorca como revulsivo

El Lorca como revulsivo

No estaría de más que el Lorca se convirtiese en el revulsivo que necesita el Oviedo para afrontar con garantías de éxito los cuatros partidos que le quedan de la temporada regular y engancharse así al play-off que da opción a luchar para intentar ascender a la división de oro del fútbol español. Del partido de ayer en sí pocas conclusiones se pueden sacar excepto si el mismo sirve para provocar una reacción brusca, con efectos beneficiosos, para el equipo azul. La victoria era indispensable para continuar soñando con la promoción y para devolver la esperanza y la ilusión al equipo tras el varapalo de Soria de la semana anterior.

Que la parroquia azul está desencantada con sus jugadores quedó patente en la floja entrada de la tarde de ayer en el Carlos Tartiere. Tampoco es que resultase muy atractivo el rival, el Lorca, ya descendido a la Segunda División B. Y por si esto fuera poco para los murcianos, acabaron jugando más de una hora con diez, por expulsión de su capitán, el lateral derecho Pina. En estas condiciones que los tres puntos se quedaran en Asturias era lo normal, lo más lógico, lo previsible, como así sucedió.

El Oviedo, ante un rival que sólo se jugaba el honor, marcó dos goles y tuvo oportunidades para lograr alguno más, pero así y todo no fue, una vez más, un equipo convincente, con un juego fluido que sirva para dar cabida al optimismo. Durante muchos minutos, demasiados, los discípulos de Anquela vagan por el campo huérfanos de ideas. Y menos mal que hay un jugador, y además canterano, Saúl Berjón, que no está dispuesto a que el sopor se acabe apoderando de las gradas del Tartiere. Y si además, como sucedió ante el Lorca, cuenta con la valiosa colaboración de un lateral de largo recorrido como es Mossa, pues miel sobre hojuelas. Berjón y Mossa dieron ayer un recital de buena técnica y buen entendimiento, aunque también es cierto que la expulsión de Pina les facilitó, y mucho, la labor.

Si la victoria ante el Lorca ha sido o no un revulsivo se sabrá el próximo sábado en Pamplona, ante un equipo, Osasuna, que, como el Oviedo, se encuentra luchando por entrar entre los ansiados seis primeros puestos de la clasificación. Si ante los pamplonicas los oviedistas dan la cara y obtienen un resultado positivo los tres puntos de ayer tendrán un valor extra, un valor que va más allá de haber sido conseguidos ante un club ya descendido. Hubo una fase de la Liga, como reconoce Anquela, en la que cualquier equipo de la categoría temía enfrentarse al Oviedo. Así, por ejemplo, en Huesca o Vallecas, cuyos onces ocupan los dos primeros puestos de Segunda, los azules empataron e hicieron méritos de sobra para llevarse la victoria. A eso, a jugar, o al menos a competir como entonces, es a lo que deben aspirar los jugadores azules si quieren recuperar la confianza de sus seguidores y a la vez su autoestima.

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