"He visto claro que podía hacer eso". Mossa explica con naturalidad la acción que protagonizó en la banda y que fue decisiva para cerrar el choque. A partir de entonces, el Tartiere vivió con más tranquilidad. El valenciano recibió en la izquierda, recortó a un defensor en el área y tuvo la tranquilidad de levantar la cabeza y buscar al compañero mejor situado. Ahí entró en juego el talento: el centró fue medido, preciso, justo donde Linares esperaba el balón para rematar a la red. Fue la jugada que cerró un choque del que el vestuario saca una conclusión eminentemente práctica. "Según se acerca el final cada vez hay menos margen de error y ante el Lorca había que ganar sí o sí", señala Mossa. Y esa idea, la de "ganar sí o sí", la vuelve a repetir en otro par de ocasiones durante su intervención. La victoria se celebra porque permite al Oviedo seguir vivo en la pelea.

"Fue el partido adecuado para sacar los tres puntos. El equipo suele estar cómodo con este sistema. Es verdad que hace poco pasamos una fase en la que nos costaba, pero independientemente del sistema hay que seguir apretando. Ahora, viendo el resultado, parece el dibujo idóneo", señala Mossa.

El cambio de sistema sirvió, además, de para volver a la senda de la victoria, para que Mossa recuperara su mejor versión. En la búsqueda de razones de esa imagen mejorada, el valenciano señala a su compañero en la izquierda: "Cuando logramos combinar logramos superioridades en la banda. Es un placer jugar con Saúl: me hace las cosas más fáciles, siempre me da el balón con ventaja". Y añade sobre el dibujo: "Yo siempre he sido lateral pero este año he jugado más en el carril y me encuentro cómodo. Me libera más de la labor de defender y me da oxígeno para atacar".

La cara amarga de la tarde para Mossa llegó en una acción en la que fue con fuerza al suelo y el árbitro le enseñó la amarilla. Es la décima, por lo que se pierde el choque de Pamplona. "Es un balón dividido, no sé cómo se habrá visto por la televisión. Pero no me preocupa porque saldrá un compañero que lo hará igual de bien o mejor", sostiene Mossa.

En una línea similar de satisfacción por los tres puntos logrados se manifestó Rocha, otra de las novedades en el once de Anquela. "El partido era más difícil de lo que parecía porque el Lorca estaba haciendo bien las cosas últimamente y ha jugado con profesionalidad. Ear un partido trampa", indicó el extremeño. "Tuvimos muchas llegadas pero nos faltó hacer el segundo gol antes. En la segunda parte salimos muy bien y pudimos haber marcado para tener más tranquilidad", añade.

Ahora la hoja de ruta exige solo mirar al siguiente rival. Nada más importa en el vestuario que lo que suceda ante Osasuna el sábado que viene. "Yo las cuentas que hago es sobre el sábado que viene, no quiero ir más allá. Paso a paso. Hemos pasado momentos en lo que no hemos estado finos pero en el vestuario nunca hemos dejado de creer. Y ante el Lorca se vio que la gente está con nosotros", defiende Rocha.