En un escenario de altura como El Sadar, el Oviedo amagó con sacar pecho, pero acabó haciéndose pequeño y dejando escapar una oportunidad impecable para dar un golpe y gritar uno de esos "aquí estoy yo". Estar estuvo, y estuvo prudentemente bien durante un rato: la primera media hora. Inicio con nuevo sistema, once inédito y con renovada personalidad. Pero luego, después del gol y un primer acto aseadillo, se fue diluyendo, echándose hacia atrás y acabó encogido, sin respuesta ofensiva y sin saber hacer eso que tanto ha demostrado saber hacer durante la temporada: sufrir. A diferencia de tantas veces este curso, el Oviedo no supo sufrir y ocurrió lo que se veía venir: derrota y bajón.

El play-off está un punto más lejos que la pasada jornada (2), tampoco es ningún drama, pero la bofetada de Pamplona deja la sensación, otra vez, de equipo muy justo, de equipo al que le cuesta gobernar los partidos, llevar la iniciativa y jugar la pelota. Le ocurrió ayer ante Osasuna cuando se puso en ventaja, pero también le ocurrió la semana pasada ante el Lorca (con diez) durante un buen rato. Y un montón de veces más. Llegados a este punto, hay algo recurrente: el grupo de Anquela tiene que aplicarse al máximo para recoger un fruto que, después, se le va con un soplido. Si no da el cien por cien no gana. Y si lo da, tampoco. Rascar algo ayer, realmente, nunca pareció una quimera, pero ahora que el reloj aprieta y la soga está al cuello parecer es lo de menos. No hay tiempo.

La nueva derrota dará paso a una semana que, al contrario que el equipo azul ayer, irá de menos a más. Hoy se verá todo negro, mañana un poco menos y pasado irá apareciendo la luz. Los azules deben aferrarse a eso que no le gusta nada a Anquela: las cuentas de la lechera. Después de ayer, la fe va ligada al calendario y a la calculadora. La ecuación es fácil: ganar al Sevilla Atlético (ya descendido), ganar a la Cultural (que juega hoy en casa ante el Lugo y, si gana, puede llegar sin agobios) y ganar en la última jornada al Huesca (que puede llegar ascendido). El equipo de Anquela está obligado al pleno: nueve puntos, que harían 68. Esa cifra le puede servir perfectamente para entrar en el play-off. Las cuentas de la lechera, que así las llaman, son las que mantienen vivo el sueño.

Conformismo azul: sólo dos tiros a puerta

El equipo, con menos profundidad en banda por el nuevo dibujo, cedió la iniciativa tras el gol

La vuelta de tuerca que le dio Anquela al sistema no resolvió una de las principales heridas de las que se duele el Oviedo:_su poca capacidad para generar fútbol y, por extensión, ocasiones. Es cierto que el trivote concedió de inicio personalidad al equipo, líneas juntas e intensidad, pero el dibujo restó profundidad a las bandas. Berjón se movió bien como segundo delantero, pero alejado de la izquierda, su hábitat, pierde influencia en el equipo. La estadística confirma el conformismo azul durante el partido: además del gol de Linares sólo hubo un tiro a puerta más, al final y a remolque. Si se repasa bien el once, sale una alineación con cinco defensores (contando a Diegui y a Varela) y un trivote. Demasiada coraza y muy poca magia.

Los cambios llegan tarde, otra vez

Con el equipo agobiado antes del descanso, Anquela movió el banquillo en el minuto 75 con 1-1

El asunto de Anquela y los cambios es una tónica general durante la temporada. El técnico apura lo máximo posible salvo urgencia mayúscula, léase un resultado adverso o un cambio. En El Sadar se vio con claridad. El equipo empezó a agobiarse antes del descanso. A la vuelta de las duchas, se mantuvo la tónica: Osasuna achuchando y los azules defendiéndose como podían. Hacía falta oxígeno, algo nuevo, un cambio. Pero no. Los navarros empataron en el 59 y, aún así, Anquela no movió ficha hasta el minuto 75: Aarón por Hidi. El segundo (Christian, que estaba al borde de la suspensión, por Toché) llegó tras el 2-1 en el minuto 84 y el tercero, Fabbrini por Folch en el minuto 89, cuando apenas hay tiempo. Osasuna, por cierto, movió ficha antes. Dos de los cambios (Mérida y David) marcaron los goles.

Hidi y Varela, de la grada a la titularidad

El húngaro y el andaluz, novedades en una alineación inédita

En la jornada 39, a cuatro del final de temporada, el Oviedo formó con un once inédito. Anquela no sólo usó un nuevo sistema sino que sorprendió con el once azul. Especialmente llamativa fue la presencia de Hidi en el trivote azul. El húngaro fue titular después de cinco partidos consecutivos fuera de la convocatoria azul. Su último concurso fue frente al Alcorcón, donde también fue de la partida. Entonces, en rueda de prensa, el técnico mostró su descontento con él. Hidi, que hasta ayer sumaba 171 minutos en 35 jornadas (ocho meses), elevó su nivel en El Sadar tras dos partidos flojos frente a Albacete y Alcorcón. La otra novedad fue Varela, casi inédito también. Fue titular ante el Almería en el Tartiere y hasta ayer sólo había participado en siete partidos.

Linares, el gol del Oviedo

El delantero marca su tercer tanto seguido y es el "Pichichi" del equipo con 9

Una de las buenas noticias azules tiene nombre y apellidos: Linares. El delantero anotó su tercer tanto consecutivo y elevó su cuenta a nueve. Es el "Pichichi" del equipo (9), el gol del Oviedo. En dos jornadas marcó tres tantos, un tercio de los que llevaba en 37.

Un trivote 37 jornadas después

Anquela apostó por un 5-3-2, tercer sistema que usa de inicio esta temporada

Anquela mantuvo durante la semana una charla pública con Linares. De entrenador a capitán. "Hablamos de todo, de nosotros, de que no podemos dejar a nadie en el camino, de que hay que dar el paso...". Sabía el jienense que su apuesta para El Sadar incluía un cambio de sistema 37 jornadas después. El trivote Rocha, Folch y Hidi ya actuó en la jornada dos ante el Almería (1-1). Entonces, fue Folch el más adelantado y ayer fue Hidi. El 5-3-2 fue el tercer sistema con el que salió de Oviedo a un partido, tras el 5-4-1 y el 4-2-3-1.

El mal día de Alfonso

El meta, decisivo otras veces, reacciona flojo en el segundo gol después de conceder un claro penalti

Alfonso es, sin duda, una de las gratas noticias de la temporada. El joven meta ha sido de los más destacados del Oviedo en muchos partidos, especialmente en la mala racha del Oviedo desde el derbi. Pero ayer fue protagonista en los dos tantos. En el primero concedió un claro penalti y, en el segundo, respondió flojo en un disparo medio centrado. Como todo su equipo, el toledano fue ayer de más a menos.

El problema del goal-average

Los azules sólo lo tienen ganado al Sporting

La derrota de ayer en El Sadar trajo otra consecuencia: el goal-average perdido. El 2-1 de ayer compensa el 1-0 del Tartiere, pero en el general, Osasuna tiene hoy +11 y Oviedo +6. El equipo de Anquela sólo tiene ganado el gol-average al Sporting.

El Oviedo resucitador: Osasuna llevaba 4 partidos sin ganar en El Sadar y David, 3 meses sin marcar

El estadio navarro sigue siendo gafe para el equipo azul, que nunca ha ganado allí

El Oviedo y su extendida fama de amable resucitador. Resucita jugadores y resucita rivales. Osasuna llevaba cuatro partidos sin ganar en El Sadar_(dos empates y dos derrotas) y ayer logró reencontrarse con la victoria ante el Oviedo. Ante los azules también acabó con una mala racha David Rodríguez, autor del tanto de la victoria. Llevaba tres meses sin meter un gol. Los azules siguen sin ganar en El Sadar.