La manera más sencilla de entenderlo es verlo como una competición de eliminación directa. Según este punto de vista, el Oviedo se enfrentaría al Sevilla Atlético en cuartos de final. En caso de ganar, como así ha sido el caso, jugaría las semifinales frente la Cultural. Ganando a los leoneses, se jugaría el éxito en la finalísima contra el Huesca. La analogía admite matices, ya que puede darse el caso de que ganándolo todo el Oviedo se quede fuera del play-off, pero sirve de perfecto resumen del sentir de los azules en esta recta final. Superado el escollo de los cuartos ante el filial hispalense, la Cultu espera en la siguiente ronda. Porque el sentir del oviedismo sigue siendo el mismo que hace una semana, que el equipo de Anquela va a necesitar el pleno de puntos para colarse entre los seis primeros.

La victoria ante el Sevilla Atlético, más trabajada de lo que podría parecer al descanso, refuerza la candidatura de los azules. La victoria les aleja de la eliminación de la lucha a dos jornadas del final y añade más dosis de optimismo. Un simple vistazo a la clasificación trae buenas noticias: el empate entre Numancia y Osasuna, y la derrota del Cádiz hace que el panorama se aclare un poco más. El Oviedo avanza un puesto y recorta un punto con el objetivo. Antes de enfrentarse al filial hispalense era noveno a dos puntos del sexto y ahora es octavo a uno del premio. La jornada ha servido para, entre otras cosas, adelantar a Osasuna.

Los cálculos dentro de la caseta azul, sin embargo, siguen por los mismos derroteros: ganar lo que queda. Reducido ahora el margen a dos partidos, ante dos rivales en dos realidades muy diferentes. La Cultural llega en una situación comprometida. El choque del sábado pasado ejemplifica su trayectoria errática de esta temporada. Ganaba 0-2 en Tarragona y acabó perdiendo 5-3. La Cultu se sitúa en la 18.ª posición, la que marca la estrecha línea entre salvación y descenso, con 45 puntos. Sus cálculos coinciden con los del Oviedo, solo le vale ganar.

Muy diferente es la realidad del Huesca que si hoy gana en Lugo, partido del que está pendiente el oviedismo, o la siguiente jornada en casa ante el Nàstic alcanzaría el duelo del Tartiere como equipo de Primera División. Ese es el escenario que ansía el aficionado azul para evitar el elemento más competitivo de los oscenses.

La primera parte del trabajo está clara, sumar los 6 puntos. Para que el asunto funcione se necesita que el resto de resultados acompañen. El Oviedo está en posición de superar a cinco equipos en la tabla y necesita que, de esos cinco, al menos dos de ellos fallen lo suficiente como para ser adelantados. El rival más difícil de adelantar es el Sporting, el único de los equipos en liza al que el Oviedo le gana el golaveraje directo. Para superar a los rojiblancos deben darse dos factores: que los azules sumen los seis puntos y el Sporting pierda los dos choques restantes.

Para ganar al resto de rivales no se necesitan combinaciones tan extremas. El Oviedo navega a tres puntos del Zaragoza, tras su victoria de ayer, por lo que en caso de pleno le superaría con 2 puntos o menos de los maños, que ganan el cómputo particular de goles. Para adelantar al Valladolid, quinto, es necesario que sume menos de cuatro puntos ante dos rivales directos: Zaragoza y Osasuna. Con el Cádiz, sexto, bastaría que acumula menos de cinco puntos de aquí al final, es decir, un simple tropiezo de los gaditanos (le quedan partidos ante Tenerife y Granada) unido al pleno azul dejaría a los de Anquela por delante. El rival más sencillo de superar es el Numancia, igualado a puntos. Un tropiezo de los sorianos (que juegan ante Sevilla Atlético y Cultural) dejaría el camino libre al Oviedo.

Y eso sin contar los triples empates (o incluso los cuádruples) que pueden darse a final de campaña entre los equipos en pelea por estar en el play-off, perjudiciales en la mayoría de casos para los intereses azules. A finales de mayo, tiempo para las calculadoras, al oviedismo le toca dividir su atención en varios escenarios. Pero su labor está clara: el primer paso es ganar todo lo que queda para seguir soñando con el play-off.