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"Los dos goles del derbi marcan mi carrera"

un tatuaje especial. JULIÁN RUS

- Anquela le ha encontrado un hueco como carrilero. Da la sensación de que le viene de maravilla ese puesto.

-El dibujo ayuda pero para sentirte cómodo influyen más factores. Por ejemplo, siempre he jugado de lateral y por mis condiciones creo que me viene bien porque aparezco sin balón, sorprendiendo. Y jugando en el carril estás más arriba y ya no sorprendes tanto. Pero en este caso me viene bien jugar con Saúl. Nos entendemos y generamos superioridades, con paredes o doblando. La posición de carrilero te hace exigirte a nivel ofensivo y me ha permitido lucir más.

- ¿A Berjón le conocía como futbolista?

-Sabía quién era, que había destacado en Primera, pero no lo tenía tan controlado. Berjón me sigue sorprendiendo por sus condiciones en el día a día,

- Hasta ahora, su día más feliz como oviedista es fácil de señalar, ¿no?

-El derbi. Ese día en teoría no me tocaba ser protagonista pero me tocó. Los dos goles contra el Sporting van a marcar mi carrera. No hay día que algún aficionado me lo recuerde. Estoy feliz de que la gente haya disfrutado gracias a aquellos dos goles.

- ¿Qué sensaciones tenía antes del derbi? ¿Alguien le dijo que iba a marcar?

-Una persona me lo dijo: que ese día me tocaría marcar. Aunque era un gol. Apostar por el doblete ya era más difícil.

- ¿Se puede saber quién fue o es secreto?

-Prefiero guardármelo.

- ¿Y la celebración?

-Sabía que cuando marcara en el Tartiere lo festejaría escanciando sidra. Me hacía gracia. Pero antes quería dedicárselo a Gabri, el fisioterapeuta. Llevaba 4 o 5 meses con unas molestias en el tobillo y tanto él como todo el cuerpo médico se volcaron conmigo. Han sufrido y sé lo oviedistas que son y me llena que hayan disfrutado ese momento.

- ¿Y la felicitación que más alegría le dio?

-Me escribió una cantidad increíble de gente. Números que no tenía, el móvil casi colapsado... La mayor ilusión fue por mis padres. Había venido a ver el partido. Mi madre se puso mala, con gripe, y se quedó en mi casa de Oviedo viéndolo por la tele. Si había dos personas felices en el Tartiere éramos mi padre y yo.

- Hablemos de su carrera. ¿Cómo empezó en el fútbol?

-Con 6 años, en el equipo del pueblo. Cuando se pone la cosa más seria es en el Levante, ya con 13 o 14 años. Era una prueba de 200 niños y nos ficharon a cuatro de mi equipo. El portero era mi primo y la línea de medias puntas éramos los tres del pueblo. Yo jugaba por la izquierda, era el que menos condiciones tenía de los cuatro y, casualmente, el único que me he dedicado profesionalmente al fútbol. También es verdad que yo era el más pesado.

- ¿Su primer ídolo?

-Mijatovic en su etapa del Valencia, pero no he sido de idolatrar a jugadores.

- ¿Llevaba bien estudios y deporte?

-En mi casa siempre me han dicho que siguiera estudiando. Creo que lo he sabido llevar. Aunque también he hecho esfuerzos. En mi último año de bachiller teníamos que entrenar en Buñol, a 60 kilómetros de mi casa. Me llevaba mi hermana Úrsula, que se ponía a estudiar el máster que estaba haciendo en la cafetería de la ciudad deportiva. Iba a clase lunes y viernes, el resto de días daba alguna clase y luego me saltaba el resto. Los profesores me daban facilidades.

- Despunta en el Levante y se va al Nàstic. Sale de casa. ¿Le cuesta el cambio?

-Es que tengo buena experiencia en cuanto a los cambios. Siempre me han salido bien. En Tarragona llego y me va rodado. Firmo el contrato en pleno play-off pensando que van a subir y voy a jugar en Segunda y al final tengo que hacerlo en Segunda B. Pero viéndolo con perspectiva me vino bien.

- 31 de mayo de 2015. La fecha del tatuaje.

-Uno de los días más felices de mi vida. Jugamos a las 12, así que tuvimos todo el día para celebrarlo. Me acuerdo de subir una foto en Instagram a las 7 de la mañana que decía "nos vamos a dormir para seguir con este sueño".

- ¿La frase es suya?

-Sí, sí. A esas horas se improvisa bien...

- ¿Le gusta Oviedo?

-Estoy encantado. Hace 20 años hice un viaje por el norte con mis padres y estuvimos tres días en Oviedo y me enamoró. Al margen de la ciudad me encantan los ovetenses. Veo a la gente sana, muy hospitalaria, te ayudan en todo. Y buena gente, que no es sencillo de encontrar.

- ¿Qué hace al margen del fútbol?

-Un día libre lo aprovecho para ir a alguna playa, pasear con el perro. No necesito mucho más. Me hacen feliz los pequeños detalles. Ya tengo una edad, yo creo que me hago mayor (risas). Antes quizás me motivaban otras cosas.

- En alguna entrevista se declaró fan de Tarantino.

-En alguna entrevista lo dije, sí... ¡Pero no he visto una película de Tarantino en mi vida, Hulio! (Risas) Hace poco en una entrevista me hicieron un test sobre Tarantino y no tenía ni idea. ¡Si yo soy más de Pearl Harbor! Que es una pastelada, sí, pero no recuerdo las veces que la habré visto. Te puedo decir hasta diálogos enteros de Josh Harnett (más risas).

- ¿Su futuro tendrá que ver con sus estudios?

-El máster lo tenía un poco aparcado el año pasado, pero lo estoy retomando. Antes decía que cuando me retirara no iba a seguir ligado a este mundo pero ahora pienso diferente.

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