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Mossa: "Si sube el Oviedo, me tatúo la fecha"

"El de León es el último tren al play-off"

Mossa, en la línea de banda de El Requexón, ayer, tras la entrevista. JULIÁN RUS

Impresas en el brazo izquierdo, tres referencias. VI-XII-MMVIII es la fecha (6 de diciembre de 2008) de su debut con el Levante en el fútbol profesional. Debajo, unas coordenadas: 39º 35' 24" N, 2º 37' 48" E. Es el lugar exacto de su primer gol en Segunda, con el Nàstic. Más abajo, otra fecha, XXXI-V-MMXV. Ese 31 de mayo de 2015, cuando el oviedismo explotó en el Carranza y José María Angresola Jiménez, Mossa, el portador de los tatuajes, tocó la gloria con el Nàstic ascendiendo a Segunda. De fondo, un mapa. Y sobrevolando la escena, un fiero gladiador.

- Un gladiador...

-Quería que todo tuviera un significado. Tarragona fue una antigua ciudad romana por eso quise darle ese entorno al dibujo. Fue una etapa muy importante en lo profesional y quería que estuviera ligada a mí de por vida. Por eso lo hice. Además, me gusta el espíritu de lucha y sacrificio de los gladiadores, una idea que va unida a mi carrera y forma de ser.

- ¿Y si asciende con el Oviedo?

-Para eso tengo un brazo libre (risas). Aunque a mi madre no le gustan nada los tatuajes. Si sube el Oviedo me tatúo la fecha. No sé cómo, pero lo haría. Sería un día inolvidable y me gustaría llevarlo conmigo. También se le podría hacer un hueco a la fecha del doblete en el derbi...

- ¿Confía?

-Cuerpo para tatuarme tengo. ¡Lo que me faltan son ascensos!

[Mossa, 29 años, natural de El Puig, Valencia, es diplomado en Empresariales, estudia un máster de Dirección de Entidades Deportivas y es una de las claves en el dibujo de Anquela. Tiene el mismo desparpajo hablando que en el campo. Porque con el sistema de carrileros, él es el jefe de la banda izquierda. Añadir otra fecha al cuerpo depende en buena medida de lo que haga el Oviedo en León el domingo.]

- ¿Cómo está el equipo?

-Con ganas de que llegue el partido. El de León es el último tren para estar en el play-off. En una semana así lo que tienes ganas es de que llegue el partido cuanto antes.

- ¿Usa la calculadora? ¿Le salen las cuentas?

-La usaba cuando quedaban 7 u 8 jornadas, ahora ya no. Te soy sincero: si no ganamos, ni la miro. Cuando ganamos siempre miras dónde estás y lo que necesitas. Ahora es fácil, solo vale ganar.

- ¿Está seguro de que ganando los dos se meten en play-off?

-Eso no lo sé, pero sí sé que tengo que ganar los dos para por lo menos sentir que he hecho mi parte del trabajo.

- Las 1.500 entradas enviadas desde León ya se han agotado.

-Yo creo que habrá más de 1.500. Habrá unos cuantos infiltrados, estoy convencido. Siempre nos hemos sentido apoyados. Cuando hemos dado lo mínimo para que la gente empuje, se han volcado y nos han dado una lección. Ya no sorprende porque nos hemos acostumbrado, pero debemos valorarlo.

- ¿Se imaginaba una afición así, tan pasional, cuando firmó?

-El ambiente dentro del estadio sí me lo esperaba, porque ya lo había vivido como visitante las dos veces que vine. Lo que me ha sorprendido es el día a día. Lo que sucede fuera del campo. No hay día en el que no me pidan una foto, en el que no me digan que hay que ganar el próximo partido, en el que no me recuerden el derbi... Es una pasada. Desde fuera te cuesta hacerte una idea. Esto hay que vivirlo.

- ¿Por qué Oviedo?

-Quería crecer. Para mí, era un escalón más. Quería demostrarme que podía hacerlo bien en un club con una exigencia más alta. Y sentirme futbolista. Salir al campo y sentir esa presión de que tienes que dar el nivel porque te van a exigir. Es algo positivo. A veces los futbolistas nos quejamos, pero esta exigencia de Oviedo es la que te hace crecer.

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