Si el partido era una final en la que solo valía ganar el Oviedo no salió al encuentro preparado para la batalla. Ni fútbol ni actitud. Era vivir o morir, todo o nada, y los azules saltaron al campo a especular, dejándoles toda la iniciativa a una Cultural que se jugaba el descenso, en comparacion mucho más que los azules ayer. No logró el Oviedo en ningún momento jugar con la ansiedad del rival y pone casi imposible, otro año más, y van tres, las opciones de jugar el ansiado play-off a Primera División. Como el año pasado con Hierro al frente, a los azules solo le queda un milagro en la última jornada. Las posibilidades pasan primero porque el Oviedo gane al Huesca en el Tartiere, algo que se veía como seguro hasta ayer, porque visto el encuentro de León no parece que los azules estén por la labor de poder someter facilmente a un rival como el Huesca, aunque llegue a Oviedo sin nada en juego. El Cádiz debería perder en Granada, que Valladolid y Osasuna, que juegan entre ellos, no empaten y que el Numancia no gane al filial del Barcelona. En resumen, una victoria propia y resultados favorables en tres partidos. Urge pensar en el futuro y replantearse muchas cosas. Tampoco hundirse, porque el fútbol siempre da segundas oportunidades y el año que viene, si todo acaba como parece, el Oviedo volverá a luchar, debe hacerlo, por retornar a Primera.