El Vetusta está llamado este año a dar un paso adelante la próxima temporada. Su condición de equipo de Segunda B permite una cocción de los talentos más rápida, de ahí que el club quiera darle un papel principal al filial como vivero de promesas y ayuda del primer equipo. La configuración de la plantilla incluye, en esta ocasión, al Vetusta. Y en esa labor destaca la figura de Javi Rozada, el encargado de lograr desde el banquillo que el Vetusta fuera campeón de Liga 28 años después y que compita de nuevo en Segunda B, una categoría que no frecuenta desde 2002. El club hizo público ayer el acuerdo que alcanzó con Rozada al conquistarse el ascenso y el joven técnico de 35 años seguirá dos temporadas más ligado a la disciplina azul.

La figura del entrenador del filial cobra un papel principal de cara al próximo curso. El planteamiento inicial es claro: el Oviedo pretende contar con una plantilla más corta que la de las dos últimas campañas y que las lesiones y ausencias se cubran con jóvenes talentos. Se entiende desde la entidad que con el filial en Segunda B el salto no será tan pronunciado. Se quiere evitar además con esta medida plantillas numerosas que creen problemas añadidos a la hora de gestionar los minutos de los futbolistas. Este último año, Anquela tuvo en toda la segunda vuelta a 23 futbolistas a su disposición, a los que hay que añadir a Viti y Gorka, con ficha del filial aunque con presencia diaria con los mayores. Más exagerada fue aún la situación con Fernando Hierro en la temporada 2016-17. Entonces, el entrenador malagueño tenía a 25 jugadores a sus órdenes durante la segunda vuelta, más Alfonso Herrero, meta que por entonces jugaba los encuentros ligueros con el Vetusta.

En ambos casos, la participación del filial fue escasa. Con Hierro, no jugó ningún futbolista con ficha del Vetusta. Esta campaña, hubo dos ayudas esporádicas desde abajo, las de Viti (7 encuentros) y Steven (2 choques), además de Owusu, contratado con ficha del filial, que participó en ocho partidos antes de salir en el mercado de invierno.

El proyecto azul para el próximo año prevé que desciendan las fichas empleadas en el primer equipo. El número exacto dependerá de las condiciones del mercado, pero la idea es no superar las 22 fichas. Una contención en este sentido abriría la puerta de forma definitiva a los chicos del Vetusta.

Cerrada la renovación de su contrato, Rozada ya trabaja con la dirección deportiva en la confección de su plantilla. El hecho de que futbolistas del Vetusta trabajen habitualmente con Anquela hace que el filial opte por una plantilla amplia, que contará con el grueso de la plantilla que ha logrado el éxito esta temporada, aunque también habrá incorporaciones. El salto de Tercera a Segunda B es importante y se entiende que traer futbolistas con experiencia en la categoría serviría de ayuda al filial. Rozada seguirá contando en su cuerpo técnico, con Alberto Martínez como preparador físico y Santiago Serrano como asistente. Como preparador de porteros se incorpora Mauro de Ves Pulido, que había desempeñado ese cargo en el Lealtad.