Los que tienen una huerta poseen, sin duda, una pequeña fortuna: la de comer, en cada temporada, lo que la tierra les da. Los demás han de acudir a mercados y tiendas para hacerse con hortalizas y verduras que no sólo satisfacen el paladar de quienes las degustanm sino que, además, contribuyen a tener una mejor salud y a mantenerse más en forma. LA NUEVA ESPAÑA digital ha realizado una encuesta entre los lectores dando a elegir, entre unos 30, aquellos productos de la huerta que más y menos gustan a los asturianos, dejando para un capítulo posterior las frutas.

En total, son 220 las personas que respondieron esta encuesta. Un sondeo que, sin ser representativo de toda la población, sí constituye una referencia de algunos productos que entre los asturianos gozan de mayor aceptación que otros.

Y es que, dando a elegir entre fabes, berza, lechuga, espinaca, patata, zanahoria, repollo, tomate, maíz, escanda, coliflor, guisantes, fréjoles, garbanzos, lentejas, remolacha, kale, berenjenas, brócoli, calabacín, pepino, alcachofas, cebollas, pimientos, coles de Bruselas, ajo, escarola, guindillas, espárragos y ajo puerro, el resultado ha salido claramente a favor de la patata como el favorito de los encuestados con 189 votos, seguido por el tomate (160); la lechuga (157), fabes (156), pimiento (151) y cebolla (145).

Por contra, el primero puesto de las que menos gustan es para la remolacha, con 128 votos, seguida de kale (112), coles de Bruselas (109), pepino (95), alcachofas (90) y guindillas (88 votos). Conviene reseñar que, para los botánicos, el tomate es un fruto como el pimiento o la calabaza, mientras que las verduras y hortalizas, que entendemos como alimento, son partes de la planta: tallo-apio, hojas-acelga o bulbo-cebolla, por poner algunos ejemplos. Por lo tanto, es técnicamente correcto decir que el tomate es al tiempo fruto y hortaliza.

El dietista-nutricionista y doctor en Biología Ramón de Cangas afirma que tanto los alimentos preferidos por los lectores como los menos populares "son opciones adecuadas para un patrón dietético saludable". Ahora bien, puntualiza: "No se puede caer en el error de separar un alimento y darle un valor elevado en sí mismo, frente a otros del mismo grupo. Lo que tiene impacto positivo en la salud de nuestro organismo es seguir un patrón dietético saludable y los alimentos que aparecen en la encuesta, todos ellos, tienen cabida, y de hecho se recomienda su consumo".

De la patata, que gusta en todas sus formas y presencias, destaca este experto el ser rica en potasio y almidón. "Combinadas con otros vegetales, verduras o legumbres puede ser una buena forma de saciarse sin disparar las kilocalorías", argumenta. La lechuga es una buena fuente de fibra soluble, mientras que el tomate constituye una buena fuente de vitamina C y de ciertas sustancias antioxidantes como el licopeno. "El pimiento rojo, además de vitamina C, tiene también carotenoides y antioxidantes. Las fabas son una buena fuente de proteínas y la cebolla es rica en quercetina", añade.

Las que menos gustan son también muy importantes en esta cadena de alimentación de la huerta. Así, matiza este experto, "la remolacha es rica en vitamina C y en diversos fitonutrientes como la betaína, sustancias antioxidantes y hasta se ha sugerido su posible efecto positivo en el rendimiento del deportista. Las coles de Bruselas, como el resto de crucíferas como kale, son ricas en ciertos compuestos azugrados (glucosinolatos) que algunos estudios sugieren que pueden tener cierto efecto preventivo frente a determinados tipos de cáncer. Las alcachofas y el pepino son ricas en fibra soluble con un interesante efecto prebiótico, mientras que las guindillas son fuente de carotenoides y capsaicina, además de ser una buena forma de alegrar el plato sin perjudicar la salud", matiza.

Y es que, con independencia de que atraigan más o menos a nuestro paladar y al estómago, lo cierto es que los productos de la huerta generan sus mejores efectos cuando se combinan sabiamente pensando en todo lo bueno que pueden aportar a nuestro organismo. De Cangas destaca que "hay una fuerte evidencia científica de que el consumo de más alimentos de origen vegetal y menos alimentos de origen animal se relacionan con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, enfermedad metabólica, cáncer y otras patologías crónicas". Y añade: "En general, el patrón dietético rico en alimentos vegetales ayuda a reducir la glucosa, el LDL-colesterol, los triglicéridos y a mejorar patologías como el hígado graso, el estreñimiento o la hipertensión arterial. También es necesario reducir los alimentos procesados y elegir habitualmente los alimentos de verdad".

Propuestas

Patatas en hojaldre - Sari González

Gran aficionada a la gastronomía y a la fotografía, Sari González Cabo está al frente de su blog "Te invito a mi cocina". En él va aportando recetas de todo tipo, tanto tradicionales como más modernas, donde priman la facilidad de su realización y el éxito asegurado ante lo comensales. Aquí ofrece esta receta donde la patata, la preferida de los lectores, es la protagonista.

La receta:

Duración: 30 minutos

Dificultad: Fácil

Ingredientes:

Una lámina de hojaldre. 3/4 patatas peladas y picadas como para tortilla.1/2 cebolla, 100 gramos de nata líquida, 150 gramos de jamón serrano, queso rallado (opcional), sal, aceite y un huevo para pincelar.

Elaboración:

Se pelan y pican las patatas, y se añade la cebolla cortada en juliana. Se echa la sal y un chorrito -como unas cinco cucharadas- de aceite. Una vez mezclado, se mete al microondas durante diez minutos.

Pasado este tiempo, se deja que templen para no estropear el hojaldre, y se le añaden el jamón cortado en dados y la nata líquida. Luego se corta el hojaldre en rectángulos y se pincelan los bordes con el huevo batido. Colocamos las patatas en la mitad de cada rectángulo. Hay quien, antes de cerrar el hojaldre, añade un poco de queso rallado por encima, lo que le da una mayor cremosidad. Luego se doblan los bordes para cerrar el hojaldre y se sella presionando los mismos. Se pinta todo con el huevo y se mete a horno precalentado a 200 grados hasta que el hojaldre se ponga doradito. Se puede tomar frío, pero caliente está mas rico.

Ensalada de arenques y remolacha - Catalina Tartiere

Catalina Tartiere es una enamorada de la cocina, y así lo refleja -con pasión y conocimiento de la materia- en su blog "Estamalqueyolodiga.com", además de impartir en directo cursos de cocina de temporada. Hoy ofrece esta receta con el producto de la huerta que menos seguidores consigue: la "estupenda" remolacha.

La receta:

Duración: 20 minutos

Dificultad: Fácil

Ingredientes:

Remolacha cocida y pelada (las venden en paquetinos); dos botes de arenques marinados al eneldo, 3-4 pepinillos agridulces y media cebolla. Para el aliño: 2 yogures griegos naturales, un chorrillo de aceite de oliva virgen extra, el zumo de medio limón, sal, eneldo picado y pimienta negra.

Elaboración:

La realización es muy sencilla y el resultado, muy rico. Se corta la cebolla en juliana (tiritas) lo más finas que sea posible y se pone en un bol grande donde, a renglón seguido, se integrarán los pepinillos cortados en cuadraditos pequeños y la remolacha. Por último, se trocean más grandes los arenques y se vierten también en el bol.En otro bol más pequeño se ponen los yogures, y se aliña con sal, pimienta y eneldo (sé generoso). Luego se agrega un chorro de aceite de oliva virgen extra y, poco a poco, se va integrando el zumo de limón (mejor ir probando para ver el punto de acidez que más guste). Se mezcla todo bien, se vierte sobre la ensalada ¡y listo para disfrutarlo!