Tanto los autónomos como las pymes y grandes empresas en algún momento u otro se han planteado un seguro de salud. Para cubrir las necesidades sanitarias del propio autónomo, en el primero de los supuestos, o para sus empleados, en el caso de los otros dos.

El seguro de salud en las empresas es, hoy por hoy, uno de los beneficios sociales mejor valorado por los trabajadores, por delante incluso de aquellos que, históricamente se han venido ofreciendo, como los planes de pensiones entre otros,

La inclusión de un seguro de asistencia sanitaria privada en la empresa, repercute positivamente en la imagen de cara a sus empleados. Genera preocupación por la salud de los mismos, y por la de sus familiares, crece la motivación, la sensación de pertenencia y valoran como la mayor de las ventajas el precio reducido con respecto a las primas de mercado. Además, incrementa la productividad, reduciendo el absentismo laboral.

Los empleados tienen la posibilidad de acudir a consultas con una horario flexible, se realzan las pruebas en plazos reducidos, permitiendo una rápida recuperación y por tanto una mejora de su calidad de vida. Es un claro valor añadido por parte de la empresa, que el trabajador percibe.

IMQ, en su negocio de empresa, apuesta claramente por una estrategia basada en tres pilares: atención personalizada, experiencia en el sector de las empresas por su situación de liderazgo en la región y adecuación de las a las necesidades y condiciones del colectivo.