Hace ya 30 años que se describió por primera vez la relación entre la periodontitis y las enfermedades cardiovasculares. Hecho que en principio no es extraño, pues se trata de dos de las dolencias crónicas que se encuentran entre las patologías médicas más frecuentes según la Organización Mundial de la Salud, que además tienen factores de riesgo comunes.

Por un lado, la periodontitis es una enfermedad infecciosa que cursa con inflamación de la encía que, en caso de no ser tratada, se puede extender desembocando en pérdida ósea y dentaria, afectando seriamente a la calidad de vida de los pacientes.

Y por el otro, las enfermedades cardiovasculares son un grupo de procesos no contagiosos que afectan de forma primaria al corazón y a los vasos sanguíneos, y entre los que se incluyen los accidentes cerebrovasculares, o ictus; y el infarto agudo de miocardio. es importante resaltar que representan la causa de muerte más frecuente a nivel mundial, con más de 17 millones de fallecimientos anuales.

Analizando la relación entre estas dos enfermedades, las últimas revisiones parecen indicar que hay un riesgo un 15% mayor de padecer una enfermedad cardiovascular en pacientes con enfermedad periodontal severa, existiendo estudios que parecen indicar que al curar la enfermedad periodontal mejora también la función endotelial vascular y disminuye la inflamación general del organismo.

Después de 30 años no hemos podido dilucidar aún si la relación es causal o casual, es decir si la enfermedad periodontal infecciosa contribuye a causar la cardiovascular, o si ambas coinciden en el mismo paciente debido a factores comunes. Quizás por que dos enfermedades crónicas como éstas hacen su efecto a largo plazo y harían falta estudios de muy larga duración para demostrarlo. Sin embargo, hoy ya se han propuesto algunos de los mecanismos que explicarían como la periodontitis puede influir en enfermedades como el ictus o el infarto de miocardio. sabemos desde hace años que las bacterias que infectan las encías son capaces de penetrar e invadir nuestro medio interno causando infección y procesos inflamatorios en órganos a distancia a través de nuestra red vascular. Pero recientemente se ha descubierto que las bacterias de las encías también son ingeridas y causan alteraciones importantes en la flora intestinal. Y finalmente, a través de ambas vías, la sanguínea y la digestiva, las bacterias gingivales aumentan el grado de inflamación general del organismo, lo que está directamente relacionado con la aparición de enfermedades como las cardiovasculares.

Se están dedicando muchos recursos en todo el mundo a investigar los efectos generales de las encías enfermas, y tardaremos años en tener información más clara al respecto, sin embargo, mientras esto sucede parece que lo más inteligente es mantener nuestras encías sanas y reducir la carga bacteriana de nuestra boca, algo que sólo se consigue con una buena higiene oral y acudiendo al dentista con regularidad. Encías sanas corazón sano.

F. D'Aiuto y M. Orlandi. Periodontitis y enfermedades cardiovasculares. Periodoncia Clínica 2017; 8: 51-57