El envejecimiento de la población trae consigo un aumento del número de personas mayores que ingresan en los hospitales, y se espera que dicha tendencia continúe en el futuro. De hecho, las tasas de ingresos se duplican para la población mayor de 65 años, y es tres veces superior en los mayores de 80. Según datos de la Encuesta de Morbilidad Hospitalaria española del año 2018 (www.ine.es), el 45% de las altas hospitalarias en España eran personas de 65 años o más, el 29% tenía 75 o más años, mientras que un nada desdeñable 12% superaban los 85 años. En los pacientes mayores el ingreso hospitalario suele estar provocado por patologías más graves, con mayor tendencia a la cronicidad y a desarrollar complicaciones.

Frecuentemente los pacientes mayores son dados de alta del hospital habiéndose resuelto el proceso agudo que motivó el ingreso, pero con un importante deterioro funcional respecto a su situación previa. Al volver a su domicilio habitual, se suele observar deterioro en la realización de actividades instrumentales como atender el teléfono, hacer compras, cocinar o incluso en las actividades más básicas de la vida diaria: comer, ducharse, usar el WC, vestirse, continencia de esfínteres, levantarse de la cama o silla y caminar.

Los datos indican que el 30% de pacientes mayores de 70 años que se va de alta de un hospital y hasta el 50% de los mayores de 85 años presentan deterioro funcional tras el ingreso (cuando se compara con la situación funcional que tenían 2 semanas antes del inicio de la enfermedad aguda).

Teniendo en cuenta que la característica principal, que diferencia al paciente de edad avanzada del resto, es su tendencia a la incapacidad a lo largo de todo su proceso de enfermedad, el objetivo primordial en la atención al anciano debe ser evitar y/o limitar el deterioro funcional y la dependencia, aumentando los años libres de discapacidad.

Terapia Ocupacional en las Unidades Geriátricas de Agudos .

El deterioro funcional que se produce durante la hospitalización es una complicación potencialmente prevenible en más de la mitad de los casos. Depende no sólo de la patología que motivó el ingreso, sino también de las condiciones asistenciales de la propia hospitalización, que son modificables. Entre las causas prevenibles más frecuentemente relacionadas con este declinar funcional están el reposo prolongado en cama y la ausencia de programas activos de movilización.

Para ayudar a reducir los riesgos de la hospitalización se necesitan unidades que se adapten a las peculiaridades de los ancianos. En este sentido, la manera más eficiente de gestionar el cuidado de los ancianos hospitalizados por enfermedad aguda son las Unidades Geriátricas de Agudos, como la existente en el Hospital Monte Naranco. Son unidades hospitalarias con ubicación física y estructural propia, atendidas por un equipo multidisciplinar especializado en Geriatría y dirigidas a la atención del paciente geriátrico con patología aguda, así como con reagudización de sus enfermedades crónicas. Los objetivos de estas unidades son restaurar el grado de salud previa (mediante el tratamiento del proceso que condiciona la hospitalización), junto con la prevención y manejo de complicaciones (tanto de la enfermedad aguda como de la hospitalización), especialmente el deterioro funcional.

Entre los profesionales, que integran el equipo interdisciplinario de geriatría, los Terapeutas Ocupacionales utilizan la actividad como su principal herramienta de trabajo. No olvidemos que la Federación Mundial de Terapeutas Ocupacionales define a la Terapia Ocupacional (TO) como una profesión que se ocupa de la promoción de la Salud y el Bienestar a través de la ocupación y su primer objetivo es lograr la máxima independencia posible en las Actividades de la Vida Diaria, desde las áreas más básicas hasta las actividades instrumentales, de participación social, de trabajo, de ocio y tiempo libre, con la finalidad de mejorar la calidad de vida de la persona mayor y de su entorno.

El grado oficial se imparte en la Facultad Padre Ossó.

El Grado en Terapia Ocupacional comenzó a impartirse en el año 2004 en la Facultad Padre Ossó, centro adscrito a la Universidad de Oviedo, ubicado en el centro de la ciudad. Se trata de una titulación de la rama de Ciencias de la Salud cuyo plan de estudios incluye estancias prácticas en más de 50 centros y entidades tanto de naturaleza pública como privada con aproximadamente 1.000 horas desde segundo hasta cuarto curso. Uno de los dispositivos sanitarios donde los estudiantes realizan las prácticas es en el servicio de Geriatría del HMN, tuteladas por profesionales de TO con amplia experiencia, en los pacientes con ictus y tras fractura de cadera, tanto en planta de hospitalización como en el Hospital de Día. Desde 2018 realizan además prácticas en el Programa de Intervención Funcional Integral de Terapia Ocupacional en la Unidad de Agudos, con el objetivo de promover y mantener la autonomía personal, intentando evitar el deterioro funcional asociado al ingreso hospitalario del anciano.

La metodología docente de muchas asignaturas desarrolla, entre otras actividades, casos clínicos y prácticas de laboratorio donde se aprenden diferentes herramientas y estrategias de intervención específica de Terapia Ocupacional. Su profesorado se compone de un equipo de prestigiosos profesionales en activo, formado por personas de referencia nivel nacional e internacional en el ámbito de la salud.

La Facultad Padre Ossó cuenta con laboratorios específicos: vivienda adaptada, gimnasio, sala polivalente, laboratorio de técnicas ortoprotésicas y laboratorio de herramientas de intervención y evaluación. El alumnado tiene a su disposición una gran cantidad de materiales tanto de intervención como de evaluación. Asimismo, trabaja con los últimos avances tecnológicos como son la impresora 3D y el simulador de envejecimiento.