Brochazo, mirada, brochazo, brochazo, mirada, todo al fresco. El lenguaje del concurso de pintura al aire libre de Lugones, celebrado ayer, era una suerte de morse artístico, colorido e inspirado. Los 26 pintores que concurrieron a la actividad se dividían a lo largo de la extensa geografía de la parroquia lugonense. Unos en el asfalto, otros en la zona peatonal, algunos en el bosque de La Cebera y otros entre la hierba alta de El Cueto, acompañados por el canto de las chicharras.

La edil Aurora Cienfuegos, con los autores y las obras distinguidas. | A. I.

Allí, en pleno esplendor en la hierba, dos jóvenes daban pinceladas, con estilos opuestos. Andrea Barbosa, natural de Tiñana, que participaba por primera vez en el certamen, “aunque ya había tomado parte en otros similares”. Ella se dedica profesionalmente a pintar y al ver la parroquia desde lo alto de “El Cueto”, no lo dudó. “Me parece un sitio precioso, ideal para elaborar el cuadro”, declaraba recién iniciada su obra.

Andrea Barbosa, ayer por la mañana, pintando al aire libre en Lugones. | A. I.

Unos metros más allá, Víctor Díaz se alejaba del cuadro para tomar perspectiva. La obra en primer plano, el objeto más allá. Entremedias, solo campo. Natural de Pola de Lena, suele pintar en concursos de este estilo, “cuando me entero” y se mostraba encantado con la ubicación elegida para retratar en Lugones: “Me encanta el campo y el monasterio y todo el verde me pareció que hacían un contraste precioso”.

Con ganas de dedicarse profesionalmente a la pintura, a sus solo 24 años, esperaba deseoso la posibilidad de alzarse con el gran premio. Algo que finalmente no fue posible. El jurado escogió como primer clasificado a Richard García, que obtuvo un premio de 1.000 euros.

Le siguió en los reconocimientos Andrés Gabarres y completó el podio Diego Fernández. Además, se decidió conceder una mención a la pintora Mónica García, por su obra basada en la mítica pasarela de Lugones.