El zasca de un hostelero a un cliente insatisfecho: "Los niños también comieron"

"Nosotros sí estamos convencidos de dar buena calidad y sabor tradicional", defiende el cocinero

Las riñas entre clientes insatisfechos y hosteleros están a la orden del día en internet. El motivo suelen ser malas críticas, injustificadas a ojos del empresario y totalmente merecidas a juicio del comensal. Y eso mismo es lo que ha pasado en esta ocasión, en la que un supuesto consumidor ha "rajado" de un establecimiento y acabó llevándose un zasca. Fue a por lana y volvió trasquilado.

"Decepcion total de todas las personas que fuimos a comer. No se si coincidió, pero los cuatro primeros (fabada, fabes con jabalí, pote y cebollas rellenas) estaban bastante tontos de sabor y sin contundencia", comenzó criticando el comensal.

La crítica no terminó ahí. "El segundo aún fue peor... Nunca he comido unos callos que menos supieran a nada. Absolutamente insípidos y descoloridos. Además de todo esto, para los platos escasos que nos sirvieron salimos a 28 euros por persona, bastante caro. No volveré a repetir y, por supuesto, que no lo recomendaré a nadie", zanjó el cliente.

La respuesta del hostelero no se hizo esperar. Y fue igual de contundente que la crítica. "Sentimos enormemente que no hayan encontrado la comida a su gusto. Este es un aspecto en el que nosotros sí estamos convencidos de dar buena calidad y sabor tradicional, pero está claro que no podemos ser del agrado de todos. Lamentablemente, creemos en base a nuestra fiel clientela que no debemos cambiar la forma en la que cocinamos", comenzó el empresario.

En lo que se mostró más tajante el empresario fue en lo relacionado con el precio. "No es habitual que se pague más de 20 euros por persona, aunque en este caso me veo obligado a recordarle que no eran ocho, si no diez personas, ya que vinieron con dos niños que comieron en el bar mientras ustedes comían en el comedor: concretamente, una ración de fabes, dos refrescos, pan y un par de helados", argumentó, antes de proseguir: "Esto junto con el par de botellas de sidra de la barra, vino Rioja, postre para todos y los chupitos de después de comer (creo que cinco en total) hacen que el precio sea un poco más razonable de lo que se puede desprender de su comentario", zanjó.