Hace un tiempo tuve la visita de un sobrino «dieciseisañero». Su padre había cambiado recientemente de coche y le pregunté sobre la nueva máquina. En esa edad en la que el interés por las cosas del motor empieza a ser notable, esperaba yo una respuesta patrón, como: es potente, es cómodo, tiene nervio, o cualquiera de las habituales para valorar las cualidades del flamante vehículo. No pude menos que reírme cuando me contestó grave y reflexivo:

-Ye muy entreteniu, Vicente.

-¿Cómo que ye entreteniu?

-Sí, tien pa poner el bote de Coca Cola, al lao un sitiu pa poner la raquetaÉ

Lo que entonces me pareció una respuesta absurda, con el tiempo fue cobrando sentido. Y ahora entiendo que contestar que algo es entretenido es la mejor manera de no profundizar en otros aspectos, cualidades o defectos de lo que se quiere describir, porque el resto es físico de por sí y materialista, mientras que lo de entretenido indica la relación del objeto a describir con el yo personal. Es, pues, la respuesta ideal.

Cuando alguien me pregunta sobre la política municipal ahora contesto: «Ye muy entretenía». Así, con esta respuesta no analizo la necesidad de espacios de ocio, porque la diversión está servida. Tampoco reflexiono sobre la carencia de infraestructuras culturales, porque el auditorio tiene todo un concierto de desatinos a derecha e izquierda, locales y visitantes, que harían la envidia de cualquier autor de ópera cómica. De ninguna manera profundizo sobre el valor de las promesas dadas, porque siempre puedes ver la capacidad irónica para encajar las protestas de los funcionarios cuando injustamente les sacudes las nóminas. No es necesario pensar en la solidaridad cuando un colega munícipe es desacreditado usando una genialidad de sapiencia informática. Y lo echas a carcajadas cuando sabes por un carpintero que lo de IP también puede sonar a madera, puesto que existe una que se llama ipé.

Ocho años después, mi sobrino me dice que, si compran coche, igual buscan el mismo. Le pregunté si les había dado buen resultado, y me dijo:

-No lo sé, pero ye el coche más entreteniu que hay.

Desde luego, uno tiene que admitir que los jóvenes a veces nos dan unas leccionesÉ