Somos lo que pensamos a lo largo del día. Es imposible pensar una cosa y producir otra. Lo dicen los expertos: el carácter de cada uno es la totalidad de sus pensamientos. O sea que, pensamientos positivos, traen como consecuencia una vida productiva, feliz, grandiosa, rica, armoniosa... Los negativos, por otra parte, todo lo contrario. ¿Y quién es el dueño y hacedor de los propios pensamientos? Pues, sencillamente, uno mismo. Nadie, absolutamente nadie, nos puede obligar a pensar. O sea que cada uno, como capitán que está al mando de su propio barco, tiene completa capacidad y dominio para negar la entrada a todo lo que tenga que ver con el temor, duda, preocupación, ansiedad, la crítica, el odio... ¿Que sus pensamientos están fuera de control, que entran en su vida automáticamente y hacen con usted lo que les viene en gana? Pues no, señoras y señores. Por unos momentos, dejen lo que tienen entre manos y presten atención a su diálogo interno. ¿Que es bueno y se encuentran bien? Pues adelante. ¿Que no les gusta, que todo lo que fluye por su mente es repetitivo y que, además, la mayoría de los asuntos que les traen de cabeza no tienen solución? Pues deséchenlos y sean conscientes de que pueden cambiar los pensamientos. No permitan que ellos les controlen. Dejen de pensar con abatimiento y háganlo con entusiasmo. Cambiarán las cosas. Si eligen actuar así, pueden sentir paz en un momento de tensión y nerviosismo y alegría en un tiempo de tristeza.

O sea que, resumiendo, si el ser humano es dueño y señor de sus pensamientos, y como tras ellos llega la emoción, cada uno va a determinar el estado de ánimo que desea abrigar. Pero aún hay más. Es necesario controlar las palabras que se utilicen, porque una combinación de ellas forman un símbolo de pensamiento, de modo que uno tiende a revelar en sus expresiones el concepto básico de su mente.

Sin duda todo esto supone un aprendizaje y un cambio importante en la dinámica mental, sobre todo para aquellas personas que ahogan su vida en un mar de negatividad. Pero si, como dicen los psicólogos y psiquiatras, el primer paso para llegar a ser una persona más feliz y serena es dominar los pensamientos y purificar la manera de pensar, siendo conscientes de las palabras que se dicen, ¿no les parece que vale la pena intentarlo?