Hay que echar la vista atrás, casi hasta retorcerse el cuello en el giro, para ver a la Patti Smith medio punk de los años setenta, capaz de transformar canciones (de aquel momento), éxitos para unas cuantas generaciones. Patti Smith les daba su «toque» y, a la vez, anunciaba «el nuevo» ritmo a piezas que ya se habían hecho viejas entonces. Por eso mucha gente de aquellos tiempos, y posterior, se enganchó a su versión de «Gloria», y por eso muchos preferían su «Because The Night», que finalmente compartió (en autoría) con Springsteen.

El tiempo pasa veloz y Patti Smith hace mucho que mira a otros ambientes de la música, más íntimos, profundos, poéticos y hasta espirituales. Aunque, ciertamente, la poesía, los buenos textos y los ambientes teatrales siempre fueron su arma fundamental. Orígenes profundos que se han ido notando en todas sus etapas. Incluso cuando realiza colaboraciones con su «amigo 'REM'» Michael Stipe: se unen dos espíritus sensibles. Sí, aquellos tiempos de su imagen rockera, tiempos explosivos, han quedado lejos, pero no se han borrado porque Patti Smith nada borra y deja huella de todo. Esa es una entre muchas de las circunstancias que dan para aplaudir a la cantante: cambiar de papel, vestirse de cantautora y circular por la escena sin pausa y reclutando nueva afición. Una faceta esta última que reactivó plenamente a mediados de los noventa (tiempos en que la música buscó este estilo entre la escena alternativa) con el álbum «Gone Again». Un disco de esos que dejaron evidencias sólidas de que Smith nada había perdido de su energía. De hecho es una de sus obras más recomendables y recomendadas.

El próximo domingo llega al teatro de la Laboral de Gijón; justo en ese estado suyo de cantautora total, de portadora de los viejos modos del concierto, aquello que siempre se llamó recital, eso mismo que combina suaves melodías y poesía y que, a la vez, transmite la obra de algún autor ya sea conocido o desconocido. Smith es parte central del festival «Palabra y Música» junto a Lenny Kaye y Tony Shanahan, y una de sus perlas será el estreno de una pieza en homenaje al escritor Roberto Bolaño. Aunque la dama rockera reconoce otras debilidades hispanas en sus gustos literarios, incluida la tan alta espiritualidad de Santa Teresa de Jesús. Bien, atrás quedaron aquellos tiempos del origen, de su relación de amistad con el fotógrafo Robert Mapplethorpe, los tiempos del tan mítico Hotel Chelsea y aquella primera versión (una más) de su «Hey Joe». Va muy bien esta Patti Smith de la poesía, pero no olvidaremos a la otra, aquella que hizo elepés tan notables como «Horses». En realidad van muy bien todos los modelos Smith.